En sus marcas, listos….
Sin estar parcializado hacía la llamada candidatura unitaria de oposición, tan fuera de consenso que no merece siquiera las comillas, puedo comentar que la misma ha levantado ronchas en múltiples sectores del país, sobre todo entre quienes sufren la delincuencia y el desorden en una convivencia social llevada a extremos, en donde unos pocos crean zozobra y someten, por la vía de las armas y al cobijo de la impunidad a todos los habitantes de esta tierra. No me molestan los partidos y las agrupaciones políticas que acompañan al hombre del Zulia, y pretender tildarlas como del pasado es tan absurdo como pensar que el partido del pueblo no se transformó, a los ojos de sus dirigentes, en el movimiento quinta republica, tan clientelar, corrupto y burocrático como cualquiera de la época que dice combatir, pero lo que si vale la pena resaltar es la manera como el candidato marca distancia con sus dirigentes, como los observa con una actitud de si te resbalas te quiebro, tan propia de sujetos políticos con ánimos de líder y que según el consejo de quienes saben de eso, es la única manera de enfrentar con éxito al candidato-presidente, cuyo manto de plomo lo hace inmune a el pésimo resultado de su gestión y de los suyos, por ahora. Lo que si es digno de comentar es la declaración de Teodoro (por ser conocido de mi padre, imaginariamente, me permito el tutearlo), quien en un arranque de sinceridad necesaria, haciendo una pausa en la alocada promesa del zuliano de sacarnos a golpes de la pobreza, comentó que la movilización se produjo con personas de muchas regiones del país (con la excusa de ser una candidatura nacional), que matemáticamente es posible vencer en las elecciones de diciembre (si se convence a las personas que ven el esfuerzo unitario como mas de lo mismo), por lo que dice que aún siendo minoría en este momento, es posible conquistar con trabajo y propuestas a los indecisos, por tanto el trabajo político es una alternativa en donde la critica justa (y no exagerada como propuso) es el mecanismo para ofrecer propuestas que intenten vencer a la miseria, a la delincuencia, al desorden, al control de todo el aparato estatal para promover una revolución que pocos entienden (por no tener límite en su explicación) y sobre todo, puso de lado esa absurda aspiración de llevar al voto como formula Rosales-Borges o Rosales-Teodoro, ya que como se sabe la vicepresidencia no es posible decidirla por elección popular, aunque aquí entre nos, debería y como propuesta puede ser considerada para una reforma constitucional, en una carta magna, que lo que necesita es desarrollo y aplicación de leyes que propone y no dejarla a medio camino para que los derechos fundamentales jamás sean aplicados. Pero lo que hasta ahora se puede apreciar es que la distancia entre ambos candidatos (descartando a quienes no tomo en cuenta por puro interés subjetivo, y no pido disculpas por eso) se puede reducir hasta llegar a un punto en donde las ideas puedan ser tomadas en cuenta y la elección se centre en evaluar quien es mejor y por que. Yo por mi parte quisiera que Rosales moviera los labios y Teodoro se expresara, solo para poder seguir el proceso desde una óptica sensata, apartando del camino a promesas que suenan bien, pero gastadas al estar pendientes desde siempre.
Sin estar parcializado hacía la llamada candidatura unitaria de oposición, tan fuera de consenso que no merece siquiera las comillas, puedo comentar que la misma ha levantado ronchas en múltiples sectores del país, sobre todo entre quienes sufren la delincuencia y el desorden en una convivencia social llevada a extremos, en donde unos pocos crean zozobra y someten, por la vía de las armas y al cobijo de la impunidad a todos los habitantes de esta tierra. No me molestan los partidos y las agrupaciones políticas que acompañan al hombre del Zulia, y pretender tildarlas como del pasado es tan absurdo como pensar que el partido del pueblo no se transformó, a los ojos de sus dirigentes, en el movimiento quinta republica, tan clientelar, corrupto y burocrático como cualquiera de la época que dice combatir, pero lo que si vale la pena resaltar es la manera como el candidato marca distancia con sus dirigentes, como los observa con una actitud de si te resbalas te quiebro, tan propia de sujetos políticos con ánimos de líder y que según el consejo de quienes saben de eso, es la única manera de enfrentar con éxito al candidato-presidente, cuyo manto de plomo lo hace inmune a el pésimo resultado de su gestión y de los suyos, por ahora. Lo que si es digno de comentar es la declaración de Teodoro (por ser conocido de mi padre, imaginariamente, me permito el tutearlo), quien en un arranque de sinceridad necesaria, haciendo una pausa en la alocada promesa del zuliano de sacarnos a golpes de la pobreza, comentó que la movilización se produjo con personas de muchas regiones del país (con la excusa de ser una candidatura nacional), que matemáticamente es posible vencer en las elecciones de diciembre (si se convence a las personas que ven el esfuerzo unitario como mas de lo mismo), por lo que dice que aún siendo minoría en este momento, es posible conquistar con trabajo y propuestas a los indecisos, por tanto el trabajo político es una alternativa en donde la critica justa (y no exagerada como propuso) es el mecanismo para ofrecer propuestas que intenten vencer a la miseria, a la delincuencia, al desorden, al control de todo el aparato estatal para promover una revolución que pocos entienden (por no tener límite en su explicación) y sobre todo, puso de lado esa absurda aspiración de llevar al voto como formula Rosales-Borges o Rosales-Teodoro, ya que como se sabe la vicepresidencia no es posible decidirla por elección popular, aunque aquí entre nos, debería y como propuesta puede ser considerada para una reforma constitucional, en una carta magna, que lo que necesita es desarrollo y aplicación de leyes que propone y no dejarla a medio camino para que los derechos fundamentales jamás sean aplicados. Pero lo que hasta ahora se puede apreciar es que la distancia entre ambos candidatos (descartando a quienes no tomo en cuenta por puro interés subjetivo, y no pido disculpas por eso) se puede reducir hasta llegar a un punto en donde las ideas puedan ser tomadas en cuenta y la elección se centre en evaluar quien es mejor y por que. Yo por mi parte quisiera que Rosales moviera los labios y Teodoro se expresara, solo para poder seguir el proceso desde una óptica sensata, apartando del camino a promesas que suenan bien, pero gastadas al estar pendientes desde siempre.
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