Otro cuento de domingo:
No acostumbro visitar el bar los domingos por razones vinculadas a mantener al menos un día de sobriedad, pero el próximo pasado fui a hacer tiempo para esperar a que me recogieran y así visitar a un amigo de infancia. Quien atiende en la barra se extrañó que no pidiese nada y que dedicara mi atención a leer una revista vieja, que por los setenta le dio por poner a circular a Octavio Paz y lo simpático de la adquisición fue que la hice a precio de otra época. Como a eso de las dos de la tarde entraron dos sujetos de edad avanzada portando un cartel que hablaba de revolución, con una falla ortográfica que insultaba al intelecto al sustituir la c por la s. De inmediato se dirigieron al baño abandonando sobre la barra un par de documentos que quedaron a la vista de este servidor. El primero, dejado por el mas gordito, tenía como título ¨borrador de reforma constitucional¨ y en su primera página intentaba conectar la modificación de un articulo x con un precepto maldito de la Ley de Derecho de Autor, que permitía mantener el contrato de cesión de derechos económicos a favor de la editora hasta ¨sesenta años después de la muerte del autor¨. Al acercarme al texto para observar como seguía la ¨recomendación¨, solo pude leer que ¨el presidente o la presidenta podrá ejercer la primera magistratura hasta sesenta años después de su muerte¨. El otro documento, que estaba en arial 24, dejado por el mas viejito (quien parecía una especie de José Gregorio Hernández anciano y afectado por una mala cirugía estética) tenía por título ¨recomendaciones a una oposición muy mala¨ y dibujaba entre sus líneas un boceto del tipo ¨plan de viabilidad¨ para que se constituyesen grupos ultra pacíficos, vinculados a brazos armados como ETA para continuar la lucha, esta vez con algo de sentido común. Lo leído constituyó la excusa suficiente para pedir la primera de varias y así hacer tiempo, para esperar ahora por la llegada de los sujetos, quienes pasaron demasiado tiempo en el baño de los hombres. Cuando finalmente salieron se sentaron a la vera y comentaron lo bello que había estado el desfile. La conversación se tornó aburrida hasta que llegó otra persona que se identificó con el nombre de ¨resistente¨. Los primeros le entregaron al segundo los documentos y éste tomó el que tenía por título ¨recomendaciones…..¨ y dirigiéndose a la última página soltó un ¨carajo esto está muy caro¨. El más viejito comentó que esas eran sus condiciones económicas para dirigir a la oposición con vista a ¨buscar un clima excesivamente normal¨ El otro sujeto se quejó por enésima sobre la tendencia a considerar que su hermano era mas inteligente que él y acto seguido entregó el documento ¨borrador para …¨, en este caso el resistente estuvo de acuerdo con el precio y se fue dejando una estela de ¨ahora sí lo tumbamos¨ que no la brinca un venado. Los viejitos finalmente repararon en mi persona y me brindaron una ronda para festejar el negocio pactado. Como siempre en esta tierra bendita, no mejora nada el enfermo.
No acostumbro visitar el bar los domingos por razones vinculadas a mantener al menos un día de sobriedad, pero el próximo pasado fui a hacer tiempo para esperar a que me recogieran y así visitar a un amigo de infancia. Quien atiende en la barra se extrañó que no pidiese nada y que dedicara mi atención a leer una revista vieja, que por los setenta le dio por poner a circular a Octavio Paz y lo simpático de la adquisición fue que la hice a precio de otra época. Como a eso de las dos de la tarde entraron dos sujetos de edad avanzada portando un cartel que hablaba de revolución, con una falla ortográfica que insultaba al intelecto al sustituir la c por la s. De inmediato se dirigieron al baño abandonando sobre la barra un par de documentos que quedaron a la vista de este servidor. El primero, dejado por el mas gordito, tenía como título ¨borrador de reforma constitucional¨ y en su primera página intentaba conectar la modificación de un articulo x con un precepto maldito de la Ley de Derecho de Autor, que permitía mantener el contrato de cesión de derechos económicos a favor de la editora hasta ¨sesenta años después de la muerte del autor¨. Al acercarme al texto para observar como seguía la ¨recomendación¨, solo pude leer que ¨el presidente o la presidenta podrá ejercer la primera magistratura hasta sesenta años después de su muerte¨. El otro documento, que estaba en arial 24, dejado por el mas viejito (quien parecía una especie de José Gregorio Hernández anciano y afectado por una mala cirugía estética) tenía por título ¨recomendaciones a una oposición muy mala¨ y dibujaba entre sus líneas un boceto del tipo ¨plan de viabilidad¨ para que se constituyesen grupos ultra pacíficos, vinculados a brazos armados como ETA para continuar la lucha, esta vez con algo de sentido común. Lo leído constituyó la excusa suficiente para pedir la primera de varias y así hacer tiempo, para esperar ahora por la llegada de los sujetos, quienes pasaron demasiado tiempo en el baño de los hombres. Cuando finalmente salieron se sentaron a la vera y comentaron lo bello que había estado el desfile. La conversación se tornó aburrida hasta que llegó otra persona que se identificó con el nombre de ¨resistente¨. Los primeros le entregaron al segundo los documentos y éste tomó el que tenía por título ¨recomendaciones…..¨ y dirigiéndose a la última página soltó un ¨carajo esto está muy caro¨. El más viejito comentó que esas eran sus condiciones económicas para dirigir a la oposición con vista a ¨buscar un clima excesivamente normal¨ El otro sujeto se quejó por enésima sobre la tendencia a considerar que su hermano era mas inteligente que él y acto seguido entregó el documento ¨borrador para …¨, en este caso el resistente estuvo de acuerdo con el precio y se fue dejando una estela de ¨ahora sí lo tumbamos¨ que no la brinca un venado. Los viejitos finalmente repararon en mi persona y me brindaron una ronda para festejar el negocio pactado. Como siempre en esta tierra bendita, no mejora nada el enfermo.
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