Carajazo, complemento de la definición RAE:
Llegamos al momento de la historia en que las cosas dejaron de ocurrir.
Al menos para algunos.
Lo que sucede sospechamos que pasó y nos dedicamos, agotando el aliento, a ofrecer respuestas a rumores que no tienen origen definido (solo se conoce el vehiculo) y que nos distraen de nuestra principal misión, ser ciudadanos.
La batalla ahora se centra en contestar rápido, es decir, hacerlo inmediatamente después que conocemos la noticia y en el acto de contestación nos explayamos ofreciendo versiones particulares, larguisimas en su mayoría, que pretenden explicar la postura política del grupo que se quiere defender.
Así tenemos al fiscal, balbuceando cansinamente por horas algo que a él le parece que puede ser una justificación ante ¨algo que escuchó¨ y que se pasea traviesamente entre los límites de la cordura, para con el acto exponer la postura ¿inequívoca? del ministerio público.
También le pasa a Jesse, con una frecuencia que se multiplica hasta el infinito mismo, cuando pretende revelar la diferencia entre valija y franquicia, sobre todo si procura hacerlo cuando el jefe no está.
Podemos conocer por ese medio extravagante las fortalezas y debilidades de las personas que hablan y que son expuestas sin pudor ante un público que lo que desea saber es que carajo pasó.
Otras veces el rumor toma la forma de decreto, como el del gordo, que nadie sabe de donde salió, cuales son y donde están los estudios que lo soportan y sobre todo que se quiere hacer al expropiar de palabra unos campos de golf en donde al parecer es difícil construir, aunque aquí entre nos, yo quiero vivir en uno de esos apartamentos imaginarios a ver si logro adquirir estructura corpórea.
Y luego salta la contraparte al ruedo, aprovechando los espacios que abren los medios de comunicación, financiados por el libre mercado (que es diferente a la CIA señores del gobierno, aunque funciona igual) y comienzan a presentarse ante nuestros ojos una serie indiscriminada de expertos que pretenden explicar porque este gobierno y sus medidas son comunistas, aunque sea de la boca para afuera.
La hiperinformación que padecemos se ha enquistado en nuestro caminar, sembrando de sobresaltos a los habitantes de esta tierra al regar sin control cualquier cantidad de idioteces que pretenden fortalecer o debilitar (según sea el caso) la supuesta solidez ideológica de un régimen que por lo demás, a parte de incapaz, lo que ha demostrado es ser muy mal administrador de fondos públicos.
En conclusión en uno de los ¨Aló¨ se siembra la esperanza colectiva al considerar que todo es posible en el futuro, nunca en el presente y en el otro ¨Aló¨ se combate fieramente no a las políticas publicas, no a los resultados de gestión, sino a la ligereza con que se difunde una información de imposible verificación (ya tenemos a los responsables de la fuga, del asesinato, de la crisis, etc.) trasladando el debate al campo de lo irreal, eso si, pero pendientes del rating y las encuestas, no vaya a ser que en la pelea virtual se pierdan unos puntos y con ello a clientes que mantienen esta loquera.
Y ni siquiera hay tranquilidad cuando el otro grupo hace silencio, porque cuando esto sucede entonces se desprende un colgajo del cuerpo del régimen y con argumentos aún mas incoherentes se intenta el ¨deslinde¨ de la postura primigenia asumida en el rumor, pretendiendo con esto llamar la atención del único, con el consecuente reconocimiento en el primer ¨Aló¨ y de allí todo arranca de nuevo.
Todo esto hasta que el pueblo se canse y salga a la calle a producir hechos, de realidad pura, que por aquí por estos bares siempre terminan con una expresión que busca simular al Golpe contundente dado con el puño o con algún objeto a una persona … o régimen.
Llegamos al momento de la historia en que las cosas dejaron de ocurrir.
Al menos para algunos.
Lo que sucede sospechamos que pasó y nos dedicamos, agotando el aliento, a ofrecer respuestas a rumores que no tienen origen definido (solo se conoce el vehiculo) y que nos distraen de nuestra principal misión, ser ciudadanos.
La batalla ahora se centra en contestar rápido, es decir, hacerlo inmediatamente después que conocemos la noticia y en el acto de contestación nos explayamos ofreciendo versiones particulares, larguisimas en su mayoría, que pretenden explicar la postura política del grupo que se quiere defender.
Así tenemos al fiscal, balbuceando cansinamente por horas algo que a él le parece que puede ser una justificación ante ¨algo que escuchó¨ y que se pasea traviesamente entre los límites de la cordura, para con el acto exponer la postura ¿inequívoca? del ministerio público.
También le pasa a Jesse, con una frecuencia que se multiplica hasta el infinito mismo, cuando pretende revelar la diferencia entre valija y franquicia, sobre todo si procura hacerlo cuando el jefe no está.
Podemos conocer por ese medio extravagante las fortalezas y debilidades de las personas que hablan y que son expuestas sin pudor ante un público que lo que desea saber es que carajo pasó.
Otras veces el rumor toma la forma de decreto, como el del gordo, que nadie sabe de donde salió, cuales son y donde están los estudios que lo soportan y sobre todo que se quiere hacer al expropiar de palabra unos campos de golf en donde al parecer es difícil construir, aunque aquí entre nos, yo quiero vivir en uno de esos apartamentos imaginarios a ver si logro adquirir estructura corpórea.
Y luego salta la contraparte al ruedo, aprovechando los espacios que abren los medios de comunicación, financiados por el libre mercado (que es diferente a la CIA señores del gobierno, aunque funciona igual) y comienzan a presentarse ante nuestros ojos una serie indiscriminada de expertos que pretenden explicar porque este gobierno y sus medidas son comunistas, aunque sea de la boca para afuera.
La hiperinformación que padecemos se ha enquistado en nuestro caminar, sembrando de sobresaltos a los habitantes de esta tierra al regar sin control cualquier cantidad de idioteces que pretenden fortalecer o debilitar (según sea el caso) la supuesta solidez ideológica de un régimen que por lo demás, a parte de incapaz, lo que ha demostrado es ser muy mal administrador de fondos públicos.
En conclusión en uno de los ¨Aló¨ se siembra la esperanza colectiva al considerar que todo es posible en el futuro, nunca en el presente y en el otro ¨Aló¨ se combate fieramente no a las políticas publicas, no a los resultados de gestión, sino a la ligereza con que se difunde una información de imposible verificación (ya tenemos a los responsables de la fuga, del asesinato, de la crisis, etc.) trasladando el debate al campo de lo irreal, eso si, pero pendientes del rating y las encuestas, no vaya a ser que en la pelea virtual se pierdan unos puntos y con ello a clientes que mantienen esta loquera.
Y ni siquiera hay tranquilidad cuando el otro grupo hace silencio, porque cuando esto sucede entonces se desprende un colgajo del cuerpo del régimen y con argumentos aún mas incoherentes se intenta el ¨deslinde¨ de la postura primigenia asumida en el rumor, pretendiendo con esto llamar la atención del único, con el consecuente reconocimiento en el primer ¨Aló¨ y de allí todo arranca de nuevo.
Todo esto hasta que el pueblo se canse y salga a la calle a producir hechos, de realidad pura, que por aquí por estos bares siempre terminan con una expresión que busca simular al Golpe contundente dado con el puño o con algún objeto a una persona … o régimen.
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