Boicot a EL NACIONAL:
Al leer el editorial del diario EL NACIONAL del lunes 16 de octubre de 2.006, pude verificar lo que de un tiempo para acá revoloteaba en mi mente con respecto al periódico de mis amores. El mismo se ha convertido en un medio impreso con preferencia comercial y corporativa sobre la información. Antes de continuar debo hacer una aclaratoria, desde junio de este año, con mi ingreso formal al mundo de los blogs, debí adecuar el programa que utilizo para enviar correos electrónicos con el fin de contar con las ventajas que brinda la aplicación conocida como Microsoft Office Outlook. Luego de miles de intentos para configurar el bendito programa, recibí una invitación para formar parte del servicio de correos en Internet GMAIL de Google y al activar mi cuenta, pude descifrar los misterios de la aplicación antedicha y con ello comencé a martirizar al licenciado Alfredo Meza, coordinador (o algo parecido) del cuerpo Siete Días en EL NACIONAL, porque dentro de mi locura particular, se me ocurrió que mis incongruencias literarias podían tener cabida en tan excelso medio de comunicación. Las respuestas no llegaron nunca, hasta el día en que el señor Meza produjo la primera de sus genialidades. En un correo escueto y conciso, el licenciado muy amablemente me confesó que él no era el indicado para ¨procesar mis inquietudes literarias¨, como si de licuadora se tratase. La siguiente genialidad fue darme el correo de una licenciada que ¨procesa¨ ese tipo de disparates, por supuesto el sujeto se reservó enviar la dirección correcta por lo que mis siguientes dislates los envié a la nada editorial. Por último y asqueado por el tormento de leer el grupo de palabras sin conexión que a mi me ha dado por llamar artículos, el señor Meza, apuntando a la fe que nos empelota como país, me escribió de vuelta rogándome que no le enviara mas correos porque al parecer perturbaba su trabajo, que intuyo guarda relación con evaluar escritos para incorporarlos o desecharlos al cuerpo que coordina. Por tanto, y según la postura editorial del periódico en cuestión ¨nunca tendré cabida porque los articulistas están completos¨ Como verán, tengo motivos para respirar por la herida, pero no es así, al menos en apariencia. La reflexión gira en torno al editorial antes mencionado, en donde se intenta defender la postura del periódico ante ataques ¿inclementes? provenientes de Internet, que dañan la integridad de un medio combativo, que mal habla de una ex empleada (expresando que cobra sin trabajar) y que amenaza con tomar medidas judiciales y divinas para acabar con el rumor (que reconoce como tal) y llevar la venganza reivindicadora de la moral mancillada hasta las últimas consecuencias. Lamentablemente al producir tan infame editorial, el periódico de mis amores lo que logró fue atentar contra la libertad de expresión, utilizando los medios de que se vale el gobierno para silenciar, por medio de amenazas y censura, a individuos que expresan libremente su opinión (muchas veces con faltas a la gramática), sobre todo cuando la ausencia de Ibsen y la Pacheco hacen al menos sospechar que algo extraño se cocina y en este caso debo por fuerza excluir al gordo, quien solo obtiene de EL NACIONAL una promoción (que sospecho pagada) de un libro que en el prólogo explica que aquí tenemos que tener estudios de cuarto nivel para entender las bondades de escribir bajo los efectos de sustancias prohibidas. El temor y las acciones que torpemente declaran sus gerentes como de futuro incierto, no tienen que ver con proteger la reputación del diario, sino preservar sus activos y evitar lo que ellos establecen que es el motivo verdadero y real de la campaña: hundirlo económicamente. Yo como lector consecuente con el medio que se declara parcializado en contra del comandante amor (que pena con ese señor), lo único que tengo que decir es, que de un tiempo para acá la batalla que perdió EL NACIONAL fue contra el entretenimiento y contra la pluralidad, porque lo que pasa nada tiene que ver con mantener una postura editorial valiente y audaz, lo que sucede con el periódico, que compro desde tiempos de mi primera juventud, es que alimenta el sueño de las culebras. En otras palabras, el aburrimiento en estado impuro tomó la sala de redacción, buscando complacer al mercado que vive de sembrar a la ignorancia y así cosechar réditos económicos y ¿políticos? Claro, en el reino del señor todo tiene solución y ente caso particular se resuelve contratándome como articulista, con salario como el que pregonan le pagaban a la señora de los viernes, para que al menos tengan a un cliente cautivo el día que me toque vaciar mis debilidades, yo.
Al leer el editorial del diario EL NACIONAL del lunes 16 de octubre de 2.006, pude verificar lo que de un tiempo para acá revoloteaba en mi mente con respecto al periódico de mis amores. El mismo se ha convertido en un medio impreso con preferencia comercial y corporativa sobre la información. Antes de continuar debo hacer una aclaratoria, desde junio de este año, con mi ingreso formal al mundo de los blogs, debí adecuar el programa que utilizo para enviar correos electrónicos con el fin de contar con las ventajas que brinda la aplicación conocida como Microsoft Office Outlook. Luego de miles de intentos para configurar el bendito programa, recibí una invitación para formar parte del servicio de correos en Internet GMAIL de Google y al activar mi cuenta, pude descifrar los misterios de la aplicación antedicha y con ello comencé a martirizar al licenciado Alfredo Meza, coordinador (o algo parecido) del cuerpo Siete Días en EL NACIONAL, porque dentro de mi locura particular, se me ocurrió que mis incongruencias literarias podían tener cabida en tan excelso medio de comunicación. Las respuestas no llegaron nunca, hasta el día en que el señor Meza produjo la primera de sus genialidades. En un correo escueto y conciso, el licenciado muy amablemente me confesó que él no era el indicado para ¨procesar mis inquietudes literarias¨, como si de licuadora se tratase. La siguiente genialidad fue darme el correo de una licenciada que ¨procesa¨ ese tipo de disparates, por supuesto el sujeto se reservó enviar la dirección correcta por lo que mis siguientes dislates los envié a la nada editorial. Por último y asqueado por el tormento de leer el grupo de palabras sin conexión que a mi me ha dado por llamar artículos, el señor Meza, apuntando a la fe que nos empelota como país, me escribió de vuelta rogándome que no le enviara mas correos porque al parecer perturbaba su trabajo, que intuyo guarda relación con evaluar escritos para incorporarlos o desecharlos al cuerpo que coordina. Por tanto, y según la postura editorial del periódico en cuestión ¨nunca tendré cabida porque los articulistas están completos¨ Como verán, tengo motivos para respirar por la herida, pero no es así, al menos en apariencia. La reflexión gira en torno al editorial antes mencionado, en donde se intenta defender la postura del periódico ante ataques ¿inclementes? provenientes de Internet, que dañan la integridad de un medio combativo, que mal habla de una ex empleada (expresando que cobra sin trabajar) y que amenaza con tomar medidas judiciales y divinas para acabar con el rumor (que reconoce como tal) y llevar la venganza reivindicadora de la moral mancillada hasta las últimas consecuencias. Lamentablemente al producir tan infame editorial, el periódico de mis amores lo que logró fue atentar contra la libertad de expresión, utilizando los medios de que se vale el gobierno para silenciar, por medio de amenazas y censura, a individuos que expresan libremente su opinión (muchas veces con faltas a la gramática), sobre todo cuando la ausencia de Ibsen y la Pacheco hacen al menos sospechar que algo extraño se cocina y en este caso debo por fuerza excluir al gordo, quien solo obtiene de EL NACIONAL una promoción (que sospecho pagada) de un libro que en el prólogo explica que aquí tenemos que tener estudios de cuarto nivel para entender las bondades de escribir bajo los efectos de sustancias prohibidas. El temor y las acciones que torpemente declaran sus gerentes como de futuro incierto, no tienen que ver con proteger la reputación del diario, sino preservar sus activos y evitar lo que ellos establecen que es el motivo verdadero y real de la campaña: hundirlo económicamente. Yo como lector consecuente con el medio que se declara parcializado en contra del comandante amor (que pena con ese señor), lo único que tengo que decir es, que de un tiempo para acá la batalla que perdió EL NACIONAL fue contra el entretenimiento y contra la pluralidad, porque lo que pasa nada tiene que ver con mantener una postura editorial valiente y audaz, lo que sucede con el periódico, que compro desde tiempos de mi primera juventud, es que alimenta el sueño de las culebras. En otras palabras, el aburrimiento en estado impuro tomó la sala de redacción, buscando complacer al mercado que vive de sembrar a la ignorancia y así cosechar réditos económicos y ¿políticos? Claro, en el reino del señor todo tiene solución y ente caso particular se resuelve contratándome como articulista, con salario como el que pregonan le pagaban a la señora de los viernes, para que al menos tengan a un cliente cautivo el día que me toque vaciar mis debilidades, yo.
No comments:
Post a Comment