Voy por los tigres de Aragua:
He intentado por todos los medios disponibles, para esta mente débil que acompaña mi caminar, sentirme mal por lo que pasó ayer. He intentado pensar que la victoria oficial impedirá que me sienta libre, acorralado entre paredes virtuales en donde un estado policial y poderoso bloqueará mi sentir, pero lamentablemente no puedo evaluar al proceso de una manera diferente como lo que realmente fue, la victoria de quienes son mayoría y que ahora seguramente pedirán, acompañados de un número importante de pobres azules, que el gobierno cumpla con su labor principal; administrar los fondos públicos en beneficio de todos. ¿Será posible acercarnos a nuestros hermanos para comulgar en familia en estos días de fiesta?, yo por mi parte mandé un mensaje de texto felicitando a quienes presumo que votaron por quien ganó y hasta ahora he recibido respuestas prepotentes tipo – te lo dije maricón- que ciertamente revela lo que somos, un pueblo que hecha vaina y que no se toma en serio a las batallas imaginarias, que perturbaron a los medios de comunicación y a sus receptores con augurios de falta de luz en un espacio en donde el poder ejecutivo (según algunos opinadores) es capaz de acabar con el sol, vía decreto. Ahora bien, ¿será posible planificar ejecutorias por parte de quienes van a gobernarnos (otra vez) para acabar con la emergencia que propicia atajos que nos saquean?, ¿será posible darle lugar al silencio para observar la miseria que nos ataca sembrando desesperación?, ¿será posible que El Nacional me contrate y me pague un par de palos por articulo?, pues depende de todos. Depende de como enfrentemos al temor real, que amenaza con exterminar a la alegría, si seguimos llamando a la violencia como alternativa para la paz. Pienso que cada parte debe amarrar a su loco y propiciar encuentros entre vencedores y vencidos, con gallardía y evitando traer a la mesa temas interplanetarios, que no nos afectan (al menos no tanto), porque al pensar que todos ganamos o perdimos, lo que si puede ofrecer certezas fue que no triunfó dios sobre el diablo, la revolución sobre el imperialismo o la luz sobre las sombras, lo que pasó fue que muchos venezolanos aún conservan a la sangre dentro de sus cuerpos porque Manuelito, en un acto que reivindica su hombría (o a su olfato político), reconoció que ¨por ahora no se lograron los objetivos planteados¨. Suena familiar ¿o no? Para concluir y mas por definir una postura de vida que me han reclamado algunos lectores (que por la coincidencia en el apellido sospecho que son familia) proclamo a los cuatro vientos que desde siempre y no de ahora, cuando somos vencedores, voy por los Tigres de Aragua.
He intentado por todos los medios disponibles, para esta mente débil que acompaña mi caminar, sentirme mal por lo que pasó ayer. He intentado pensar que la victoria oficial impedirá que me sienta libre, acorralado entre paredes virtuales en donde un estado policial y poderoso bloqueará mi sentir, pero lamentablemente no puedo evaluar al proceso de una manera diferente como lo que realmente fue, la victoria de quienes son mayoría y que ahora seguramente pedirán, acompañados de un número importante de pobres azules, que el gobierno cumpla con su labor principal; administrar los fondos públicos en beneficio de todos. ¿Será posible acercarnos a nuestros hermanos para comulgar en familia en estos días de fiesta?, yo por mi parte mandé un mensaje de texto felicitando a quienes presumo que votaron por quien ganó y hasta ahora he recibido respuestas prepotentes tipo – te lo dije maricón- que ciertamente revela lo que somos, un pueblo que hecha vaina y que no se toma en serio a las batallas imaginarias, que perturbaron a los medios de comunicación y a sus receptores con augurios de falta de luz en un espacio en donde el poder ejecutivo (según algunos opinadores) es capaz de acabar con el sol, vía decreto. Ahora bien, ¿será posible planificar ejecutorias por parte de quienes van a gobernarnos (otra vez) para acabar con la emergencia que propicia atajos que nos saquean?, ¿será posible darle lugar al silencio para observar la miseria que nos ataca sembrando desesperación?, ¿será posible que El Nacional me contrate y me pague un par de palos por articulo?, pues depende de todos. Depende de como enfrentemos al temor real, que amenaza con exterminar a la alegría, si seguimos llamando a la violencia como alternativa para la paz. Pienso que cada parte debe amarrar a su loco y propiciar encuentros entre vencedores y vencidos, con gallardía y evitando traer a la mesa temas interplanetarios, que no nos afectan (al menos no tanto), porque al pensar que todos ganamos o perdimos, lo que si puede ofrecer certezas fue que no triunfó dios sobre el diablo, la revolución sobre el imperialismo o la luz sobre las sombras, lo que pasó fue que muchos venezolanos aún conservan a la sangre dentro de sus cuerpos porque Manuelito, en un acto que reivindica su hombría (o a su olfato político), reconoció que ¨por ahora no se lograron los objetivos planteados¨. Suena familiar ¿o no? Para concluir y mas por definir una postura de vida que me han reclamado algunos lectores (que por la coincidencia en el apellido sospecho que son familia) proclamo a los cuatro vientos que desde siempre y no de ahora, cuando somos vencedores, voy por los Tigres de Aragua.
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