La chapa del Ché y la libertad:
Con el aval de ser un escritor al que le publican sus posturas, aunque con bajísimo público, puedo intentar el ejercicio de hacer referencia a artículos anteriores, para tantear la posibilidad de armar las pistas que nos ofrecen las partes enfrentadas en esto que por estos bares llamamos revolución. Para comenzar debo sustraer de la memoria aquella reflexión sobre la extrañísima amenaza de Chevron, en contra de los terrícolas, que reza algo así:¨Hay 193 países en el mundo. Ninguno de ellos es enérgicamente independiente. ¿Así que quien podría poner a quien entre la espada y la pared?¨. En aquella oportunidad comenté que esta era una de las promociones mas singulares que haya podido leer y que muestra un ultimátum, nada oculto, que indica que Chevron tiene la seguridad que nosotros (los terráqueos y terráqueas) estamos en manos de las grandes corporaciones que ¨producen¨ energía y que su presencia no puede ser excluida de grandes decisiones globales (sin desatar guerras) y mucho menos tolera la supuesta independencia que cualquier país debe ejercer para preservar su soberanía. La respuesta de PDVSA no fue inmediata y es posible que lo que se produjo no fuese una respuesta en sentido estricto. La replica de la petrolera estatal, ante la pregunta que con seguridad no entendió (utilizo el singular al considerar que la empresa venezolana es una (1) persona jurídica) fue particular y con vista a educar a los idiotas que empelotados formamos esta entelequia conocida como ¨la nación¨. Al menos así lo vi yo, al saber que estoy de espaldas a todos los movimientos del mundo por ser apolítico. El término apolítico intenta ubicar a los estudiantes que están en la calle buscando su camino y que los lanza sin vaselina al abismo de ser traidores a la patria por no ser ¨revolucionarios¨. Por supuesto estas palabras provienen de una chapa con la efigie del Ché que circula por ahí, y que a ciertos medios les ha dado por reproducir con la finalidad de exponer la cojonuda vinculación que el proceso pare entre sus nones al repartirla por miles en una evento (que fue) titulado ¨Latin American Petroleum Show¨ con sede en la ciudad de Maracaibo. Y ¿Cómo me afecta?, pues en nada, pero siembra la certeza que para salir de mi eterna peladera de bola debo intentar navegar por las turbias aguas de la publicidad revolucionaria, que busca mercadear a la utopía sazonada con la coletilla preferida del régimen cuando se agotan las palabras: ¨todo es culpa del once de abril¨. ¿Será posible recuperar la cordura? o ¿Nos ahogaremos en el mar de la estupidez para que las petroleras internacionales sigan haciendo su agosto en el país todo el año? La respuesta la obtendrán en próximas entregas, o quizás no. Por ahora, y hablando de publicidad, el eslogan que va ganando en esta tormenta en donde el pensamiento único se convierte en infinito y relativo es la del gordo, que si mal no recuerdo dice lo siguiente:¨Somos antiimperialistas por solidaridad con nuestros pueblos hermanos¨. Con la finalidad de terminar con algo de sentido común, solo me resta desearles suerte y cordura a los muchachos de ambos bandos, que amenazan con instalar la verdadera revolución a punta de soñar en libertad, porque, aunque a muchos les moleste, si hay. Sin embargo, para beneficio de los protestantes anti-gobierno, la libertad es un término que por su complejidad nunca encuentra el estar completo en lo que a práctica se refiere. ¿Será posible recuperar la cordura? o ¿Nos ahogaremos en el mar de la estupidez para que las petroleras internacionales sigan haciendo su agosto en el país todo el año? La respuesta la obtendrán en próximas entregas, o quizás no. Por ahora, y hablando de publicidad, el eslogan que va ganando en esta tormenta en donde el pensamiento único se convierte en infinito y relativo es la del gordo, que si mal no recuerdo dice lo siguiente:¨Somos antiimperialistas por solidaridad con nuestros pueblos hermanos¨. Con la finalidad de terminar con algo de sentido común, solo me resta desearles suerte y cordura a los muchachos de ambos bandos, que amenazan con instalar la verdadera revolución a punta de soñar en libertad, porque, aunque a muchos les moleste, si hay. Sin embargo, para beneficio de los protestantes anti-gobierno, la libertad es un término que por su complejidad nunca encuentra el estar completo en lo que a práctica se refiere.
Con el aval de ser un escritor al que le publican sus posturas, aunque con bajísimo público, puedo intentar el ejercicio de hacer referencia a artículos anteriores, para tantear la posibilidad de armar las pistas que nos ofrecen las partes enfrentadas en esto que por estos bares llamamos revolución. Para comenzar debo sustraer de la memoria aquella reflexión sobre la extrañísima amenaza de Chevron, en contra de los terrícolas, que reza algo así:¨Hay 193 países en el mundo. Ninguno de ellos es enérgicamente independiente. ¿Así que quien podría poner a quien entre la espada y la pared?¨. En aquella oportunidad comenté que esta era una de las promociones mas singulares que haya podido leer y que muestra un ultimátum, nada oculto, que indica que Chevron tiene la seguridad que nosotros (los terráqueos y terráqueas) estamos en manos de las grandes corporaciones que ¨producen¨ energía y que su presencia no puede ser excluida de grandes decisiones globales (sin desatar guerras) y mucho menos tolera la supuesta independencia que cualquier país debe ejercer para preservar su soberanía. La respuesta de PDVSA no fue inmediata y es posible que lo que se produjo no fuese una respuesta en sentido estricto. La replica de la petrolera estatal, ante la pregunta que con seguridad no entendió (utilizo el singular al considerar que la empresa venezolana es una (1) persona jurídica) fue particular y con vista a educar a los idiotas que empelotados formamos esta entelequia conocida como ¨la nación¨. Al menos así lo vi yo, al saber que estoy de espaldas a todos los movimientos del mundo por ser apolítico. El término apolítico intenta ubicar a los estudiantes que están en la calle buscando su camino y que los lanza sin vaselina al abismo de ser traidores a la patria por no ser ¨revolucionarios¨. Por supuesto estas palabras provienen de una chapa con la efigie del Ché que circula por ahí, y que a ciertos medios les ha dado por reproducir con la finalidad de exponer la cojonuda vinculación que el proceso pare entre sus nones al repartirla por miles en una evento (que fue) titulado ¨Latin American Petroleum Show¨ con sede en la ciudad de Maracaibo. Y ¿Cómo me afecta?, pues en nada, pero siembra la certeza que para salir de mi eterna peladera de bola debo intentar navegar por las turbias aguas de la publicidad revolucionaria, que busca mercadear a la utopía sazonada con la coletilla preferida del régimen cuando se agotan las palabras: ¨todo es culpa del once de abril¨. ¿Será posible recuperar la cordura? o ¿Nos ahogaremos en el mar de la estupidez para que las petroleras internacionales sigan haciendo su agosto en el país todo el año? La respuesta la obtendrán en próximas entregas, o quizás no. Por ahora, y hablando de publicidad, el eslogan que va ganando en esta tormenta en donde el pensamiento único se convierte en infinito y relativo es la del gordo, que si mal no recuerdo dice lo siguiente:¨Somos antiimperialistas por solidaridad con nuestros pueblos hermanos¨. Con la finalidad de terminar con algo de sentido común, solo me resta desearles suerte y cordura a los muchachos de ambos bandos, que amenazan con instalar la verdadera revolución a punta de soñar en libertad, porque, aunque a muchos les moleste, si hay. Sin embargo, para beneficio de los protestantes anti-gobierno, la libertad es un término que por su complejidad nunca encuentra el estar completo en lo que a práctica se refiere. ¿Será posible recuperar la cordura? o ¿Nos ahogaremos en el mar de la estupidez para que las petroleras internacionales sigan haciendo su agosto en el país todo el año? La respuesta la obtendrán en próximas entregas, o quizás no. Por ahora, y hablando de publicidad, el eslogan que va ganando en esta tormenta en donde el pensamiento único se convierte en infinito y relativo es la del gordo, que si mal no recuerdo dice lo siguiente:¨Somos antiimperialistas por solidaridad con nuestros pueblos hermanos¨. Con la finalidad de terminar con algo de sentido común, solo me resta desearles suerte y cordura a los muchachos de ambos bandos, que amenazan con instalar la verdadera revolución a punta de soñar en libertad, porque, aunque a muchos les moleste, si hay. Sin embargo, para beneficio de los protestantes anti-gobierno, la libertad es un término que por su complejidad nunca encuentra el estar completo en lo que a práctica se refiere.
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