La Fuga III (reporte de domingo de ramos):
Cumpliendo con las disposiciones establecidas en la resolución emanada del Ministerio del poder popular para Relaciones Interiores y Justicia, que insta a ingerir bebidas alcohólicas desde el amanecer y hasta las cinco post meridiem (después se puede pero encapillado) me encuentro escuchando el sonido de un televisor distante, que como siempre escupe programas que debilitan al sistema nervioso y sobre todo a la parte del cerebro que cobija a la inteligencia, cuando de pronto se interrumpe la programación para avisarnos lo que ya se sabía desde hace unos días, que Eduardo Lapi se fugó hoy. Lo que me llamó la atención y que me hizo agarrar el trago para trasladarme al sitio en donde se generaba ¨la información¨, fue que el ciudadano viceministro, revolucionario y bolivariano, se negaba a empezar porque faltaba una reportera, que por supuesto era de VTV. Al empezar una rueda de prensa que se negaba a formar alguna figura geométrica, el señor nos habló de logros revolucionarios, de traiciones, de golpe de estado (el de abril de 2.002) para luego aterrizar de cabeza cuando entre cifras incompletas dio la fulana noticia – se fugó un cobarde-. No puedo entender ni admitir la necesidad de calificar a un sujeto de esa manera y menos aún cuando no se acepta la responsabilidad de los custodios, que por efectos de casualidad burocrática se encuentran bajo responsabilidad del ministerio en comento. La información del hecho se convirtió en una arenga política en contra de los enemigos golpistas del proceso, quienes entre guarimbas y sangre irrespetaron la eternidad presidencial, interrumpiendo al infinito por algunas horas. Cuando le preguntaron si el hecho se produjo bajo complicidad interna, que al parecer puede también ser corrupción, el funcionario entre vergüenzas nos dijo que la cobardía tenía una nueva definición, ya que cobarde es quien no se somete al vejamen de pasar por procesos judiciales con tantas fallas que mas bien parecen fruto de un sistema que solo tiene cabida en operas bufas, pero tremendamente sangrientas. También habló de privilegios en la custodia del fugado en un recinto super seguro, donde hace unos días murieron varias personas por armas que deberían estar en manos de una policía nacional que no existe y bajo el resguardo de otro ministerio que reducido al singular nos recuerda que antes era de guerra y marina. Sin calificar si el señor Lapi estaba justamente detenido o no, sin entrar en detalles dogmáticos sobre la necesidad de someter al tormento de estar preso a quien fue un gobernador de oposición por virtud de su supuesta falta de virtud, lo que si vale la pena comentar, por respeto a los oyentes y videntes de medios de comunicación de señal abierta, es que ese tipo de calificaciones que desprecian la condición del ser humano no tienen cabida dentro de quienes supuestamente gobiernan bajo principios socialistas y que mas bien denota falta de capacidad y por supuesto la arrechera que se origina cuando los trofeos que se deberían guardar para exhibirlos como botín de guerra, se les escapen en sus narices una y otra vez. La consecuencia legal de tal intervención es que debilita la postura del ministerio público, porque no hay forma de esconder que la detención y la imposibilidad de ser juzgado en libertad (garantía constitucional) tiene ribetes de venganza amparada a la sombra de una legalidad esquiva. Por tanto la noticia veraz y revolucionaria es: se escapó del lugar en donde estaba detenido el ciudadano Eduardo Lapi. Lo demás sobra por razones de sentido común y de respeto a quienes se dice servir.
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