Friday, October 27, 2006

Autodeterminación, materia pendiente:

Una de las respuestas favoritas que utilizan los diplomáticos de los países con debilidad institucional, cuando intentan desvirtuar las críticas ante la falta de mecanismos efectivos para proteger los derechos humanos, es la que tiene que ver con que las decisiones gubernamentales están protegidas por el principio de la ¨autodeterminación de los pueblos¨ y cuando los molestan mucho (y se les va la mano en travesuras no aceptadas popularmente) utilizan la otra que consagra el principio de la ¨no intervención¨ ante asuntos de la exclusiva competencia e interés de los ciudadanos y sus representantes. Pero ¿como nos autodeterminamos?, ¿que principios nos rigen como ciudadanos de está república?, ¿que vínculo común, afectivo y terrenal nos ubica como compatriotas en esta tierra de gracia? Algunos letrados dirán que la Constitución, pero lamentablemente y por la ensalada cultural, religiosa e ideológica que nos inunda, no tenemos una respuesta que nos incorpore en este pastel que cada día se hace intragable para quienes, a falta de comida, lo que tienen es el oído para recibir vaguedades sin sustento histórico, o con una visión tan particular de lo sucedido, que quienes las disparan no entienden que la consecuencia lógica de llamar al 12 de octubre ¨Dia de la resistencia indígena¨ es que el Libertador, Don Simón Bolívar, no fue tal, porque nunca fuimos conquistados por la corona española, por tanto no había nada que liberar, en todo caso fue colaborador asociado a determinadas etnias, para obtener la victoria que fue consecuencia de resistir los embates del antiguo imperio. Pero hablando seriamente, ¿como eludir la certeza que somos consecuencia de la visión del gobierno de turno?, que en su afán de torcer los hechos, sus integrantes dan vida a la miseria para convertirse en protagonistas de una historia que por vergüenza les debería ser ajena. Recordemos que cuando los adecos eran gente, tal vez no, pero con justicia se debe reconocer que tuvieron poder, casi absoluto (como se dice que tiene el comandante amor), comenzaron a sembrar al territorio con sus nombres y sus apellidos, en obras en donde participaron miles de venezolanos y extranjeros y cuya planificación le es esquiva por su manifiesta falta de preparación (de los adecos digo). Como la historia se repite cuando la negamos con fiereza, el partido blanco fue sustituido por el color rojo, y sus prácticas únicamente variaron en la cantidad ascendente de dinero que sin pudor sustraen de la bolsa que por estos bares llamamos Hacienda Pública Nacional. Ahora intentan autodeterminarnos, de manera impuesta, sin que produzca gentilicio, con el General Perón, con el Ché, con Fidel, con vivas a la hermana Cuba, con la trillada ¨patria o muerte¨, que nada aportan a nuestra venezolanidad y tampoco colaboran en agruparnos de forma solidaria para lograr lo que nos negamos a perseguir con pasión, ayudarnos los unos a los otros para acabar con las diferencias, en donde los que son mas, menos tienen. Y aunque parezca un escrito construido con burla, que muchos calificarían como una atrocidad en contra del intelecto, el burgomaestre mayor razona y ofrece una respuesta sobre la postura anti-imperial, bandera que el gobierno esgrime para relacionarnos con el mundo, y nos regala la pancarta espectacular en contenido, que se puede ver en uno de los extremos de la Avenida Bolívar, y que reza que: ¨Somos antiimperialistas por solidaridad con nuestros países hermanos¨. Con ese argumento el Embajador Arias Cárdenas quizás pueda explicar su conducta y lograr el respaldo de países, en número suficiente, para alcanzar el puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, para con este, participar como cucaracha en baile de gallina en un organismo que ha demostrado no servir para garantizar la paz.

Friday, October 20, 2006

Boicot a EL NACIONAL:

Al leer el editorial del diario EL NACIONAL del lunes 16 de octubre de 2.006, pude verificar lo que de un tiempo para acá revoloteaba en mi mente con respecto al periódico de mis amores. El mismo se ha convertido en un medio impreso con preferencia comercial y corporativa sobre la información. Antes de continuar debo hacer una aclaratoria, desde junio de este año, con mi ingreso formal al mundo de los blogs, debí adecuar el programa que utilizo para enviar correos electrónicos con el fin de contar con las ventajas que brinda la aplicación conocida como Microsoft Office Outlook. Luego de miles de intentos para configurar el bendito programa, recibí una invitación para formar parte del servicio de correos en Internet GMAIL de Google y al activar mi cuenta, pude descifrar los misterios de la aplicación antedicha y con ello comencé a martirizar al licenciado Alfredo Meza, coordinador (o algo parecido) del cuerpo Siete Días en EL NACIONAL, porque dentro de mi locura particular, se me ocurrió que mis incongruencias literarias podían tener cabida en tan excelso medio de comunicación. Las respuestas no llegaron nunca, hasta el día en que el señor Meza produjo la primera de sus genialidades. En un correo escueto y conciso, el licenciado muy amablemente me confesó que él no era el indicado para ¨procesar mis inquietudes literarias¨, como si de licuadora se tratase. La siguiente genialidad fue darme el correo de una licenciada que ¨procesa¨ ese tipo de disparates, por supuesto el sujeto se reservó enviar la dirección correcta por lo que mis siguientes dislates los envié a la nada editorial. Por último y asqueado por el tormento de leer el grupo de palabras sin conexión que a mi me ha dado por llamar artículos, el señor Meza, apuntando a la fe que nos empelota como país, me escribió de vuelta rogándome que no le enviara mas correos porque al parecer perturbaba su trabajo, que intuyo guarda relación con evaluar escritos para incorporarlos o desecharlos al cuerpo que coordina. Por tanto, y según la postura editorial del periódico en cuestión ¨nunca tendré cabida porque los articulistas están completos¨ Como verán, tengo motivos para respirar por la herida, pero no es así, al menos en apariencia. La reflexión gira en torno al editorial antes mencionado, en donde se intenta defender la postura del periódico ante ataques ¿inclementes? provenientes de Internet, que dañan la integridad de un medio combativo, que mal habla de una ex empleada (expresando que cobra sin trabajar) y que amenaza con tomar medidas judiciales y divinas para acabar con el rumor (que reconoce como tal) y llevar la venganza reivindicadora de la moral mancillada hasta las últimas consecuencias. Lamentablemente al producir tan infame editorial, el periódico de mis amores lo que logró fue atentar contra la libertad de expresión, utilizando los medios de que se vale el gobierno para silenciar, por medio de amenazas y censura, a individuos que expresan libremente su opinión (muchas veces con faltas a la gramática), sobre todo cuando la ausencia de Ibsen y la Pacheco hacen al menos sospechar que algo extraño se cocina y en este caso debo por fuerza excluir al gordo, quien solo obtiene de EL NACIONAL una promoción (que sospecho pagada) de un libro que en el prólogo explica que aquí tenemos que tener estudios de cuarto nivel para entender las bondades de escribir bajo los efectos de sustancias prohibidas. El temor y las acciones que torpemente declaran sus gerentes como de futuro incierto, no tienen que ver con proteger la reputación del diario, sino preservar sus activos y evitar lo que ellos establecen que es el motivo verdadero y real de la campaña: hundirlo económicamente. Yo como lector consecuente con el medio que se declara parcializado en contra del comandante amor (que pena con ese señor), lo único que tengo que decir es, que de un tiempo para acá la batalla que perdió EL NACIONAL fue contra el entretenimiento y contra la pluralidad, porque lo que pasa nada tiene que ver con mantener una postura editorial valiente y audaz, lo que sucede con el periódico, que compro desde tiempos de mi primera juventud, es que alimenta el sueño de las culebras. En otras palabras, el aburrimiento en estado impuro tomó la sala de redacción, buscando complacer al mercado que vive de sembrar a la ignorancia y así cosechar réditos económicos y ¿políticos? Claro, en el reino del señor todo tiene solución y ente caso particular se resuelve contratándome como articulista, con salario como el que pregonan le pagaban a la señora de los viernes, para que al menos tengan a un cliente cautivo el día que me toque vaciar mis debilidades, yo.

Saturday, October 14, 2006

Peligro en el bar:

Debemos tener cuidado con las señales que nos mandan sobre la restricción en el otorgamiento de divisas para importar licores y vehículos de lujo. Con relación a los vehículos, si bien es cierto que pueden perjudicar la capacidad de soñar con adquirir alguno, distante al bolsillo pero al alcance de nuestro campo visual, a mí ni me va ni me viene, ahora con la caña no, esos no son juegos. Mas aún, cuando producto de la marcha opositora del sábado 7 de octubre, los participantes luego de sudar colectivamente en el acto de fe, se dedicaron a asaltar con sus gargantas a cuanto bar se encontrara a diez y siete kilómetros a la redonda. Los testigos del hecho, que a su vez fueron convidados de bronce en mesas atiborradas hasta el límite, contaron al día siguiente que la ingesta alcohólica fue simplemente exagerada, incluso en varios puntos de la ciudad se produjeron violaciones masivas a la norma de beber con pausas, impidiendo el ingreso de pasapalos que servirían de amortiguadores a las paredes estomacales de un pueblo que hace nada había activado -¿de nuevo?- los mecanismos para dar la pelea, electoralmente hablando, en contra del semidiós que brama las bondades de abstenerse, pero de licor. Por razones vinculadas a la nada, no pude ser testigo presencial del cruel arrase de las reservas de agua ardiente, que hasta la fecha los locales custodiaban con virtud templaria, pero desde aquí pude disfrutar de un par de cervezas y luego de un par de tragos de escoses, en el único país del mundo en donde el par cuando se bebe representa al número once (par de unos). Por supuesto la distancia lo que produce es nostalgia, sumada a la certidumbre y al recuerdo que por ese camino ya transitamos, que el bendito tramo siempre se abre al principio con alegría y luego, cuando los ánimos se trastocan hacía batallas imaginarias por sobrevivir, por proteger derechos que solo mencionamos en comederos que imitan a lugares de acervo, regentados en su mayoría por lusitanos que manchan la regla de servirlas frías, es allí, en segundas y terceras convocatorias, cuando empezamos a ceder a la paranoia de las maquinitas capta huellas, al complot de la CANTV, a ser víctimas de las alzas injustificadas del dólar paralelo y con esto, cuando se empelotan los hechos en una masa forzada, como la que hablaba Cortazar al referir la estructura de un mal cuento, pasamos a ser seres acomplejados, racistas, excluyentes y sin modales, pensando que somos mejores porque a la fortuna caprichosa le dio por atendernos mas y mejor que a otros, que señores, lamento comunicar con dolor en el alma, que aún son mayoría, los jodidos digo. La reflexión no viene sujeta a normar a la esperanza, o a desanimar al movimiento que de nuevo luce las virtudes de ser fuerte en cuanto a número, ni mucho menos intento desalentar a los vecinos de derecha que son perseguidos por el fantasma del comunismo desde tiempos que por aquí no se vivieron. Lo que pretendo es que tratemos a las reservas de licor como se tratan a las reservas energéticas, que se ponga límite al número de tragos disponibles por persona (excluyendo a quienes deban ser apartados por motivos fútiles que garanticen mas para los panas) y que apresemos a los bebedores que intentan demostrar la tesis que no existe daño posible para quienes la ciencia a identificado como agentes pasivos en el beber. Claro, a veces un mal artículo puede sufrir un final feliz, ajeno incluso a quien mal les escribe, pero vinculado a la idea principal que por limitaciones llegó a la antimateria literaria, porque la promoción electorera del comandante amoroso, permite establecer la certeza que unos beben y otros se rascan.

Sunday, October 08, 2006

El plasma de mis amores:

Al comprar todos somos iguales en el querer. Pretender que por razones vinculadas a la ideología o las creencias religiosas debemos obligatoriamente ser diferentes al adquirir bienes o servicios, no tiene ningún sentido. Aquí se quiere lo que ofrece la globalización, intentar cambiar esa verdad, bombardeando inútilmente al pueblo con las bondades del hombre nuevo, pobre pero honrado, pobre pero sumiso ante el régimen, y sobre todo pobre pero idiota, no es mas que un camino que al transitarlo produce palabras altisonantes pero sin auditorio. Por eso, ante la interrogante de ¿Dónde está el dinero que ha entrado en los últimos años por renta petrolera? la respuesta está a la vista, no en obras e inversiones productivas, la plata se fue en la compra de bienes superfluos, en zapatos de marca (aunque de imitación por el contrabando de productos, principalmente desde Asia) en juegos de video, en pulseritas para la chama, en la nevera para la vieja, en carros de lujo y apartamentos para los bolivarianos, para sus conexos y afines. Y no estoy con esto criticando a la bolsería de comprar bolserías, porque cuando el dinero ha estado ausente tanto tiempo, la respuesta natural es adquirir con su ingreso eso que siempre y como en las novelas ¨hemos soñado¨. El problema se presenta cuando los recursos que por retórica nos pertenecen a todos, son dilapidados en proyectos salvadores pero extraños (palma aceitera, dátiles, mate, chicha de maíz morado, etc.), condimentados por ideología de nuevo cuño, unicamente por efecto del número romano que nos ubica temporalmente, pero vieja como el Lada en los tiempos de la cuarta república, sazonada con héroes distantes a nuestra tierra, y con un atajo de sinvergüenzas que bajan la cabeza y dicen ¨si mi comandante en jefe, señor¨, para que cuando el icono de la revolución despega en su avionzote, empecemos a repartir billete entre los miembros de nuestro entorno, para comprar veinte televisores de plasma de sesenta pulgadas, violando con nuestro accionar a la confianza y al principio de designar las medidas con el sistema métrico-decimal. Con el dinero no se debe jugar, el dinero está sin duda para gastarlo, pero cuando es de todos lo que al menos se debe aspirar es que las inversiones públicas respondan a producir bienes y servicios básicos, necesarios para cubrir la norma primigenia que se rige por los derechos humanos, inyectando recursos en algo que se asoma a la distancia como ordenamiento territorial, desvinculado a la politiquería y en donde el capricho de yo siembro aquí cactus para recoger cocochas (manjar muy apreciado pero ajeno al reino vegetal), siembro olmos esperando a las peras, sea sustituido por el aquí, con políticas serias, con medios de producción de probado rendimiento y con visión de autarquía alimentaría, se siembra maíz para comer todos. Comento que por razones vinculadas a la locura familiar, cuando a el papá de mi hermano (el del medio) le dio por promover con éxito en el garaje de su casa al ancestro de lo que ahora conocemos como Mercal; las caraotas que con ensueño esperaban los parroquianos para satisfacer al paladar con tan excelso manjar, tenían denominación de origen en inglés. El imperio nos ganaba otra batalla, las negritas que comemos, eran y al parecer son, producidas industrialmente y con desprecio racial, para chicanos en Michigan, EEUU.

Sunday, October 01, 2006

El impúdico encanto de la ignorancia en directo:

Analistas serios en Venezuela, que publiquen sus reflexiones de una manera ajena al sesgo, estoy seguro que no hay, al menos yo no los ubico. Lo que si encontramos es la presencia de cronistas parcializados, que ante situaciones de imposible verificación, lanzan al ruedo posturas mal escritas y apresuradas en donde se nota la mano traviesa del licor adulterado. Sin ir mas lejos yo soy uno, salvando la distancia que da la cerveza, que cuando se intenta cambiar (que ha pasado) se vuelve brebaje intomable. Pues bien, estos personajes, después de tres o cuatro incursiones en medios escritos, se convierten por la magia de pasar al nivel audiovisual en ¨Expertos¨ que nada aportan a la dificultad que vivimos y mas bien lo que logran es banalizar el conflicto llevándolo a los linderos de un café con leche aguado. Parece que formaran parte de un coro desafinado, que ante cualquier rumor que desprestigie a cualquiera de los bandos en pugna por el evento electoral que se avecina, arrojan desechos sólidos sobre las ideas en debate, evitando que se analice con seriedad las ofertas que se promueven. Y digo de ambos lados, porque escritores brillantes que me llevaron a leer periódico con gusto cuando joven (incluso robándolo de lobbys de hotel) en la actualidad se dejan llevar por la marea que los lleva sin escalas a desaparecer en el arrecife mortal de la parcialidad, como es el caso del Profesor Earle Herrera, quien ahora por efectos de intentar encajar dentro de un poder para el que no está preparado, nos sirve su presencia literaria, en platos plásticos de piñata imperial, algo que ni se acerca a sus relatos cuando se atrevía a escribir pensando con la pluma y no con la franela. Y no es malo que todos opinemos, es mas es excelente, el problema está cuando se pretende forzar a las letras para que sirvan de argumento en un contrapunteo sin rimas y sin métrica, con ínfulas de competir con la obra maestra que es Florentino y el Diablo. El atreverse a hacer públicas ideas vacías, sin contenido y amarradas al barco que navega con la ignorancia al timón, nos vuelve expertos en cualquier cosa, pero a su vez, cuando la vida nos exige explicar nuestras posturas, respondemos dejando ver que somos unos idiotas sin miedo escénico. Lo peor es que hay quienes se atreven a repetir la vaciedad día a día, semana tras semana y si observamos a los patrocinantes de los espacios, nos damos cuenta que aquí lo que se mercadea es a la miseria. Y que conste que lo digo por envidia sana (otro termino contradictorio que usamos cuando no hay conexión con el cerebro), es más a mí también me gustaría formar parte del gremio para exponer mis vergüenzas, pero que quede claro por anticipado, si alguien se atreve a proponer el espacio en donde podría encajar mis carencias, el billete debe ir por delante. Volviendo al inicio, lo que menos soporto se presenta con impúdico encanto cuando los opinadores rompen el compromiso de criticar, aunque sea de manera fútil, para comenzar a empelotar las frases en una suerte de loa eterna a un héroe de la patria cuya única virtud es ser auténtico (diferente al menos). Lamentablemente los espacios necesitan al silencio, que a la fuerza fue encerrado por gritos que forman realidades susceptibles de ser filmadas, apagando las voces de los que padecen, de los que mueren, de quienes no comen pero que aún sueñan que es posible que eso que por estos bares llamamos democracia les alivie la carga. Para concluir, lo que estamos logrando con esta habladera de paja loca es que los que callan y tienen poder nos roben la cartera todos los días, gracias a que nosotros contemplamos embobados y con pasión la preñez del pajarito que nos canta en directo, por los medios que a su vez venden la transmisión.… Y se la compran.