Tuesday, November 27, 2007

NO es NO:

Una de las razones mas coherentes para votar NO en el próximo evento electoral (que el ex facilitador se empeña en convertir en plebiscito) me llegó por correo hace unos días. La misma tiene la particularidad de venir de un sujeto estudioso del derecho, que en forma seria desmembró el proyecto de reforma, y que, por convicción, fue uno de los primeros que apoyó la constitución del año 1.999 desarrollando una particular forma de enfrentar juicios por medio de lo que se conoce como ¨aplicación difusa de la norma constitucional¨ (no me crean mucho, que en este punto solo escribo lo que me viene a la memoria). Esta persona argumenta lo siguiente: ¨En este estado de cosas, definir una inclinación hacia un modelo constitucional que consagre tendencias políticas (socialismo), que si bien tienen mucho que aportar, no pueden ser exclusivas ni excluyentes de otras tendencias. Yo admito las tendencias en los partidos políticos, y de ahí que sea apoyado un plan de la nación que consagre tendencias de este estilo, pero no quiero que Venezuela se defina con un modelo que fracasó hace mucho tiempo, pues estaríamos condenándola al mismo destino¨. En ese plano puedo agregar que la propuesta pretende excusar (con el cuento social) a la errática conducta del poder ejecutivo (con la complicidad de los cobardes representantes de los otros poderes) y que por justas razones, ha tomado atajos, amparándose en la bendita emergencia que no cesa, para producir eventos de atención popular cuya liquidación de fondos públicos ha procurado el incremento de la corrupción, ahora roja rojita y sin tapujos. Lo que me parece interesante y es producto de conversaciones en sobriedad, es que mi estimado jurisconsulto es un enamorado de las pautas constitucionales que rigen al proceso bolivariano, cuyos aportes en la protección de derechos individuales y colectivos nos hacen ver como un país de primer mundo en esa materia, pero, por falta de voluntad política (y eficacia) de los mismos muchachos boliburgueses, el desarrollo de la norma y la puesta en práctica no se ha hecho ni se hará, ya que perjudicaría gravemente el desorden que permite el delito permanente contra el fisco. Lo que está en juego no es la permanencia o no del presidente en su cargo, tampoco esta en juego la continuidad del proceso bolivariano, cuyas pautas están condensadas de forma integral en la constitución vigente, y por supuesto tampoco está en juego la continuidad o no de las misiones, ya que abortarlas en este momento produciría un agravamiento en las condiciones de vida de los mas necesitados (con consecuencias violentas), quienes si bien es cierto están siendo incorporados de manera informal al sistema de atención pública, están bien distantes de considerarse incluidos a lo que, de la boca para afuera, conocemos como sociedad. Lo que sí está en juego es la posibilidad de instaurar un proceso caprichoso, sin control formal de otros poderes públicos, y que depende en exclusiva del ánimo del gran pendenciero y su visión peculiar de las cosas. En otras palabras, buche y pluma para permitir la autocracia y la consolidación de castas privilegiadas que chuparán hasta agotar líquidos vitales de todo cuanto nos rodea. Bueno, eso creen ellos. Votemos NO para dejar la belleza como está y no deformar su apariencia para complacer intereses de sujetos que fracasan en su gestión, produciendo gran prosperidad para ellos, y para su entorno, al mismo tiempo. Esta semana no debemos distraernos del objetivo, por más que nuestro prócer quiera romper relaciones con el resto del mundo para satisfacer su ego herido. La consigna es una sola: no es no.

Wednesday, November 21, 2007

La bajada que sube:

Con la paz que da el hablar bien del país en otra parte del mundo, participé en un ejercicio donde el norte era analizar desapasionadamente la situación de Venezuela. Lo primero que se descartó fue hacer referencias políticas, básicamente para evitar conversar sobre unos sujetos que todo lo politizan y que creen que por aquí lo único importante es el show televisado, interminable y fastidioso, que ofrece el comandante. Ubicar el tema en la parte económica y en la explosión consumista que se vive por estos días, puso de manifiesto las miles de contradicciones que hacen vida en esta tierra y que dificultan la formación del ¨hombre nuevo¨. La charla se tornó muy aburrida hasta que encontré una referencia espacial para explicar lo que sufrimos con alegría, y esta se dio al visitar un pequeño pueblo en el Estado de Colima en México. El lugar lleva por nombre Comala y aparte de ofrecer varias particularidades, entre ellas que allí nació Juan Rulfo y que las mujeres y los hombres caminan por calles diferentes, para participar de un ritual de amor en donde el hombre interesado en una dama le pide ¨una vuelta¨, y si, al término de la caminata se le obsequia con otra, se sella un compromiso matrimonial sin palabras. Allí, a una distancia mas bien cercana, se encuentra el lugar que explica lo que pasa por estos bares y que se conoce con el nombre de ¨Zona Mágica¨ o la ¨bajada que sube¨. Si se quiere atrapar lo que sucede en la zona antedicha dentro del campo del sentido común, podemos reducir sus resultas a una ilusión óptica, pero, pude comprobar, luego de varias pruebas, que el efecto puede recaer también dentro de las llamadas cosas inexplicables. Al lugar se llega por una carretera rural, y el mismo es una parte de la vía que cuando el carro se acerca ofrece la certeza que se está ante una bajada. Al reducirse la velocidad y observar una especie de brocal muy pequeño, que divide la vía con un hombrillo fabricado a cada lado que permite vivir la curiosidad sin interrumpir el tránsito, el ojo nos traiciona una y otra vez con lo que parece una bajada. El clímax de la aventura se vive cuando el conductor detiene el carro y hace la tradicional pregunta ¿Baja o sube? y ante la respuesta que indica ¨baja¨ el sujeto coloca el automóvil en neutro y el mismo comienza su recorrido a gran velocidad, en reversa, por lo que la certeza no es solo que ¨sube¨ sino que la pendiente es muy pronunciada. Pues bien, eso es lo que vivimos en esta tierra de capitalismo socialista, en donde las misiones entregan cantidades ínfimas a sujetos identificados con el color rojo, causando un impulso en el consumo que produce desabastecimiento. En donde las cifras indican que van diez y seis trimestres de crecimiento económico consecutivo, generando a su vez un aumento proporcional en la pobreza, vinculado de manera directa con el irrespeto a la vida, donde la violencia queda excusada por el gobierno por el arraigo capitalista que hace de las suyas entre personas oprimidas, que no estudian y que no trabajan, pero que cantan loas a un proceso que excluye, cuyo horizonte de mercadeo es sembrar la ¨mayor suma de felicidad posible¨. Si observamos con detalle lo que pasa por aquí, nos daremos cuenta que la magia de la ¨bajada que sube¨ es lo que mas se acerca a lo que representamos como pueblo.

Wednesday, November 14, 2007

La paradoja gerencial:

En una conversación con un amigo gerente, quien cree (no encuentro justificación para tal creencia) que yo también lo soy, se hizo referencia a una máxima en estrategia que me dejó perplejo por su extraordinaria construcción literaria. La cita que se aplica durante la elaboración de procesos de planificación estratégica (vaya usted a saber de que se trata eso) me atacó, sin aviso previo, al asegurarle a mi amigo que yo era capaz de construir un plan de negocios. Yo y mi boca floja. Para no dilatar mas el asunto y tratar de enlazar lo que viene con algo que llamaré ¨La paradoja gerencial¨, les comento que el axioma reza algo mas o menos así: ¨Desconfía de la lógica del análisis estratégico, pues la creatividad en la estrategia es fundamentalmente ilógica¨ Parece, y de allí viene lo que para mi es un contrasentido, que un buen gerente es alguien que delega telepáticamente algunas competencias a sus colaboradores (quienes no saben que deben ¨colaborar¨) para que en un proceso absolutamente místico se obtenga un resultado que no es tal, y si lo es, pues lo es. En otras palabras, el gerente confía obligaciones que tienen que ser cumplidas por éste en forma exclusiva, para generar un plan que es la esencia de su trabajo, el cual reclama a sus colaboradores que lo realicen bajo la amenaza que si lo hacen perderán el trabajo de forma instantánea. La paradoja continua cuando el gerente decide suspender su trabajo hasta tanto no se produzca el plan que él debe realizar, y lo fantástico del caso es que es una práctica común entre sujetos de las llamadas ¨altas esferas¨. Generalmente la suspensión del trabajo, por razones gerenciales, viene seguida de la molestia, en plural, del jefe con todos los integrantes de la oficina, quienes no entienden las razones hasta que un sujeto en trámite de escalar posiciones les explica algo sin sustancia que remata con el ¨desconfía de la lógica ………….¨. La conclusión ilógica del proceso (que es lo que se busca) se da cuando alguien ve posible realizar la labor encomendada y la hace, y por supuesto esta persona al romper la ¨cadena de mando¨ recibe una amonestación verbal, de tipo grave, por haber ideado algo fantástico, que luego de reposar varias semanas en el escritorio del gerente, por arte de magia se convierte en un informe que él realizó. Que conste, que esto no es parte de una rutina de ignorantes condimentada con licor adulterado, lo anterior es el resultado de años de estudio, de sacrificios indecibles, de soportar humillaciones a diario, hasta llegar a ostentar el cargo de gerente, que si a ver vamos, es algo absolutamente idiota pero tiene en su descargo que se gana mucho dinero. La otra condición que debe tener un buen gerente es administrar con eficiencia la red de intrigas que el mismo se ha encargado de sembrar, pero de eso hablaré en otra ocasión, si es que no nos arropa la orden de silencio real.

Monday, November 05, 2007

Arepas de tofu:

Si se bebe con descuido, mirando por la ventana y disfrutando la luz que por estos días comienza a ser del tono que me gusta, pues, de esa forma, el engrudo blanquecino al mezclarse con café se parece un poco a la leche. Lo que no recomiendo es el derivado de soya, sólido y rallado (aunque la consistencia del tofu impide el rallado efectivo) para rellenar arepas y mucho menos para rociar unas refritas que a dos semanas en el refrigerador adquieren el justo sabor. Esto del desabastecimiento me tiene con las vergüenzas acatarradas, ya no es posible planificar un desayuno dominguero porque los ingredientes que lo hacen posible ya no forman parte de nuestra cotidianidad, lo mas cercano que estuve de lograr la hazaña fue este sábado, cuando encontré un potecito que al destaparlo tenia en sus entrañas a una porción generosa de carne mechada y como tenía a la mano un trozo de queso amarillo, importado de la isla de mis amores, me dispuse a realizar el asado de unas arepas, tostadas hasta el límite, para que en conjunción con lo anterior armar un par de ¨peluas¨. El problema se presentó cuando no pude ubicar el trozo de mantequilla que atesoraba para utilizarlo en una ocasión especial, por lo que la receta sufrió la mutación de prepararse con margarina. Revolución pura, pues. Con los plátanos no tengo mayor problema, los hago al horno evitando con ello el horror de freírlos con aceite de canola (obtenido de una aberración herbaria llamada colza o nabo aceitero). Tampoco representa para mi familia una amenaza alimenticia la orden del gobierno de producir pastas con arroz, maíz blanco y lepna (los profesores Earle Herrera del ministerio de la alimentación confunden la que se produce en el lago de Maracaibo con la que se comen en el desayuno los naturales de Estonia) ya que en ese platillo lo importante es la salsa y aquí el control de precios me permitió descubrir las bondades de moler el lagarto sin hueso para sustituir a la pulpa negra. En descargo puedo comentar que en los anaqueles todavía se pueden encontrar algunas marcas de café arábico, con baja concentración de lentejas y aserrín, pero ante la escasez de azúcar y el juramento de nunca consumir productos ¨ligeros¨ he notado el aumento de algarrobo en el producto. Unos amigos que llegaron desde Virginia me trajeron unos camarones congelados, comprados en la capital misma del imperio, y puedo comentar que para ser de el hatillo, Estado Miranda, estaban bastante aceptables para hacerlos al ajillo, el detalle se presentó al día siguiente cuando nos emperramos en hacer de ellos cóctel de camarones y allí la mezcla que sabe a mayonesa (parece golosina pero tiene vitaminas) nos hizo pasar una mal rato. Menos mal que para la revolución la salsa de tomate no representa un objetivo militar a corto plazo, por lo que podremos seguir disfrutando las miserias de un perro caliente de cuando en cuando. ¿Habrá forma de reconciliarnos con Lula para que nos mande algo de pollo?, ¿Será la señora K tan voraz como su marido con el dinero de nosotros, y nos seguirá mandando carne y leche desde la Argentina a precios galácticos? Dios quiera que si. De Colombia olvídense, porque hasta que el buen oficiante y facilitador no concrete sus tratos con la guerrilla, Uribe no nos mandará ni coquito.