Tuesday, July 08, 2008

Extraído de Singular suplemento 54 ¨Bieliukas¨, el nonsense (el sinsentido) y algunas conclusiones sobre la lectura de poesía. Revista mensual Polar, julio de 1976, patrocinada por la Hostería el Rey, Mesón de Tapas, Zona Rosa número 2, Bogota, Colombia.
Reservados todos los derechos.

La venta:

Nunca pensé que era posible traicionar a miembros de una asociación irracional y familiar para favorecer intereses materialistas, pero de todo se encuentra en el valle de la miseria.
Estando retozando bajo el agua, recibí un llamado de un hermano por parte de dios (y de padre y madre) para notificarme que por ausencia había delegado en otro la representación para vender la porción que me corresponde del aire. Mi cuota parte de la oferta que se pondría sobre la mesa cubría con suficiencia mis deudas e incluso me permitiría asumir la edición de un libro de mi cosecha, tan malo que probablemente debía incluir en el pago una bonificación para burlar al cerebro digital de la imprenta, quien con justicia electrónica debía oponerse a su reproducción. Pues bien, recordando tiempos mejores, en donde los oferentes conservábamos restos de humanidad, decidí otorgar el mandato con el clásico ¨quien calla otorga¨. La reunión de negocios estaba pautada para el lunes a las diez y un poco después de las doce comenzó, con una sensación de idiotez en el ambiente que recordaba el 26 de marzo. Luego de exponer las resultas de un viaje imaginario, tomó la palabra nuestro representante para indicar que habíamos conseguido un registro que nos habilitaba, como asociación civil, para vender el aire al gobierno, si este en sus desvaríos revolucionarios deseara hacerlo socialista para el disfrute de todos. Y fue cuando se hizo presente la traición, otra vez, como parte de una seguidilla inagotable, pero eso si bien hilvanada y bien justificada para la gloria de dios hecho papá de Gustavo.
- Quiero vender mi parte del aire, la mía y la de ella, que somos uno.
El golpe lo asimilé con gallardía, aunque sin entender el proceder ya que la idea era venderlo todo, por parte de nosotros, sus legítimos propietarios, a otros, quienes sin duda lo necesitaban más.
Fue cuando recordé eventos no lejanos en donde había sido burlado por el sujeto que me representaba (a quien quiero mucho) y cuando estaba a punto de reaccionar para incluirme en la oferta, los oferidos aceptaron las condiciones, pagaron el precio y los vendedores se quedaron sin aire, muriendo sin remedio, pero eso si, con los bolsillos llenos.
Sin quererlo y con profunda tristeza por la perdida, conseguí la plata de solo asaltar la cartera de quien traicionó la representación, como según las lenguas que envidian mi felicidad he hecho desde siempre.

Antonio Bieliukas Diaz.
Escritor. Caracas, julio de 1.976.

Sunday, July 06, 2008

El perro de agua:

Poco aporta una confesión estrafalaria cuando de seguidas se cuenta una leyenda, que por ser tal, probablemente no tenga asidero con la realidad.
Para diluir el contenido de la confesión y restarle importancia en el caso del perro de agua, utilizaré el recurso de exponerla de coñazo y en pocas palabras para luego echar el cuento que nos ocupa.
- Yo nunca me he limpiado los oídos ni el culo, al menos no con papel.
Palabras más, palabras menos, salieron de la boca de un individuo desgarbado, ausente, calzado con unos zapatos de payaso (por su dimensión no por su apariencia) que cubrían unas medias deportivas blanquísimas y con un lunar prominente en el muslo derecho que no indicaba nada bueno en el ritmo de multiplicación celular.
Por cierto, al hacer memoria no recuerdo haber realizado ningún gesto que promoviera la fulana confesión, pero así son las cosas cuando se va a trabajar sin ir a trabajar realmente.
I

La grama se notaba consumida por sectores, más bien amplios, dibujando desde la parte superior de la vivienda la posibilidad de haber sido devorada desde abajo por ¨algo¨ con hambre insaciable.
Lo particular del caso viene de la mano al observar que los espacios consumidos dejaron a la grama sin vida sobre la superficie y al arrancar un trozo de la zona afectada pude detectar que el cadáver no tenía raíz.
Contemplando los restos depositados sobre mi mano derecha, y luego de darle un par de vueltas para comprobar la falta de raíces (sospecho que cada hilo de grama debe tener una, de allí el plural) a la vera se presentó el confesor y soltó la sentencia que ubica al responsable del daño en el jardín.
- Fue el perro de agua. –dijo.

Como estaba peligrosamente cerca de la hora de aperturar el bar, esta vez para disfrutar un destilado escoses mezclado con el liquido que contiene el fruto de la palma marina, agua de coco pues, a la sombra de un ingenio mal construido con sus hojas muertas, decidí no darle importancia a las palabras del sujeto con fallas de aseo.
- Pero si me lavo las manos.- Replicó.
- Mire amigo-contesté- buenos días y hasta luego.
- Fue el perro de agua- insistió.
Sabiendo que al preguntar ya no tendría salida, me di la vuelta para entrar a la casa y así servirme el primero de varios, a dios gracias.
- Es un insecto que parece un ratón recién nacido.
- ¿Qué cosa? Pregunté.
- El perro de agua.
- Esta bien, me sirvo uno y me explica.
- ¿Y yo?
- Cuénteme y luego vemos.
Los años de servicio activo me permitieron cumplir con la tarea sin tropiezos, aún cuando por estar en casa ajena no sabía la ubicación de los vasos y de las servilletas, pero para eso sirve la lógica y la apliqué con pericia.
Con la esperanza que a mí salida el sujeto no estuviera, me encamine hacia los límites de la razón para escuchar la historia de un insecto con apariencia de roedor recién parido y rosado, herbívoro y caprichoso por comer exclusivamente raíces de grama japonesa en jardines ubicados cerca de una playa pacifica con nombre de molusco venezolano.
Sin solución de continuidad, termino que me enamoró desde que lo acuñé para denominar a un cuerpo sin heridas, pude llegar a la orilla de una piscina con un ancla azul en el fondo, cuya transparencia en sus aguas intuía exceso de cloro.

- A nadar con los ojos cerrados- pensé.
Antes de realizar el sagrado deber de ubicar el vaso a la orilla más occidental de la piscina, me dispuse a ducharme y así cumplir con la norma impuesta por la junta de condominio, como paso previo al disfrute de las aguas, depositadas en hueco semejante al número siete que dibujan los carajitos de cuatro años.
El agua estaba tibia, ideal para cuerpos azotados por el sol isleño, pero a mi me hubiese gustado algo más fría.
La atravesé de cabo a rabo por debajo del agua, nadando a ciegas con las manos hacia delante esperando encontrarme con la pared en cuya cumbre (suelo absoluto), estaba el vaso con la mezcla que ansiaba mi garganta.
Al salir a la superficie y abrir mis ojos, el sujeto se hallaba a distancia prudente permitiendo la certeza que con mi vaso no se metió.
- Si le echas agua con jabón a la grama afectada, con baja concentración del detergente, el perro de agua sale.
El confesor parecía un hombre poco leído pero culto, la manera como hilvanó la frase anterior así lo indicaba.
- Mire maestro, yo no creo en cuentos de camino, déjeme en paz o tráigame el maldito perro de agua y con eso se gana un trago que buena falta le hace.
- No hay necesidad porque tengo una prueba irrefutable. Cuando yo era joven mi cabello parecía una reserva de grama japonesa.
- ¿Y?
El hombre se descalzó, dejando de lado los zapatos inmensos y al quitarse las medias pude ver que no tenía pies.
- Fue el perro de agua. - Sentenció.
Alargando el trago me sumergí de nuevo dándole gracias al cielo por haberme quedado calvo.

Fin.

Monday, May 12, 2008

12 de mayo de 2008:

Como era previsible la maldad gana espacios importantes (para ellos) dentro de la organización. Un consejo que puedo lanzar al mar de las letras muertas es que la sinceridad no es un activo apreciado en el ámbito de las relaciones societarias, sobre todo cuando se declara a los cuatro vientos que el único punto débil representa la permanencia de un familiar en un cargo sin importancia dentro de la estructura funcional. Nadie aprecia el interés por las personas, nos jactamos comentando que somos una institución cuya misión es hacer efectiva la protección social de nuestros asociados, pero, despreciamos a nuestro recurso humano y dejamos que el rencor, por una pelea tan o más infinita que el sermón presidencial, nos coloque en un plano en donde consideramos que un éxito profesional viene de la mano de la humillación del personal a nuestro mando. Pero lo que intenté precaver en la mañana fue lo que se impuso, el querer sacar de la organización al débil jurídico, a la despreciada de siempre, que ha estado allí desde que el mundo es mundo, únicamente para probar que la vileza ha tomado el control de una mente que ha sido sembrada por la certeza que existe una confabulación para atacar a ¨la cosita que es de lo más bella¨, ¨a la persona con talento sobrehumano¨, al femenino del número uno. En fin, otro día perdido en el paraíso de los idiotas, que por estos bares también se creen con alta calificación para manejar un negocio para el que no tienen la más puta idea de que se trata. Triunfó la envidia sobre lo técnico, la caradura sobre la estadística, aunque todavía pienso que en manos de 3, quizás 4, está el revertir tamaña injusticia y ese será el trabajo que quedará pendiente para la semana que murió en su segundo día. ¿O será que lo que se quiere es no revisar el informe del 5 de mayo? Bueno, cualquier cosa es posible.

Saturday, May 10, 2008

El Comité:

La pausa a sentado bien a las letras pero muy mal al espíritu. En los noventa días recientes me he dedicado en cuerpo y con una dosis promedio de alma, a coordinar un comité en donde sus miembros se creen con derecho de equipararse con los caballeros de la mesa redonda o con el estado mayor de Napoleón, con una diferencia que complica la ecuación, todos son el Rey Arturo y todos a su vez son prisioneros en Elba. No hay ningún interés por las actividades vinculadas a la operación, el esfuerzo se centra en ¨conquistar espacios¨, ¨defenderse de confabulaciones¨, ¨concretar alianzas¨, ¨expulsar al enemigo¨, y cualquier otra mamaguevada que se pose en la mente de sujetos febriles, terriblemente acomplejados, pero sobre todo malas personas en stricto sensu. Pero como es deber de padre proteger a sus retoños, me propongo realizar un ejercicio en donde intente disminuir el impacto de una idiotez colectiva que pone en peligro la atención de afiliados, quienes han confiado en nuestra sociedad para proteger su salud y su patrimonio. El comienzo parece simple, empezar por el inicio, pero tan fácil no es porque todos tienen una visión particular que los hace dueños de la idea, únicos promotores y salvadores de la patria, insustituibles pues, aunque nada de eso es verdad, la empresa fue parida por una madre que en este caso lleva el nombre de hombre, más específicamente por Charles, con todo el dolor para el alma del atormentado Airen El alumbramiento de las morochas tuvo lugar en fechas diferentes, con tres años de diferencia, situación que se puede verificar en la práctica solo para el caso de sociedades mercantiles, pero son hermanas y peor aún son interdependientes hasta tal punto que la muerte de una arrastrará a la misma suerte a la otra. Pero basta de cháchara, demos rienda suelta a los recuerdos, esperando que la velocidad de escritura permita enderezar el árbol torcido, para que el final de todo este sin sentido sea cuando menos ajeno a la tragedia. Mi nombre es Andrés, y soy un personaje que se repite en al menos dos historias más, pero en esta tengo la ventaja que la práctica en el escribir y contar si hace al monje.

Thursday, February 14, 2008

Barrio afuera:

La principal crítica que recibió el envío masivo de personal médico y paramédico desde Cuba hacia Venezuela, para participar en el programa ¨Barrio Adentro¨, fue la debilidad académica en la formación de los antillanos, a quienes el imaginario popular (opositor) calificó, mas que auxiliares de salud, como agentes extranjeros de un gobierno forajido. Pues, ni lo uno ni lo otro y para continuar con cierta coherencia me permito de seguidas explicar las razones. El personal que se envía a ¨terceros paises¨ (calificación del U.S. Department Homeland Security para cubanos que no estén ni en Cuba ni en Estados Unidos) para atender la deficiencia en materia de salud en lugares pobres como Bolivia, Nicaragua y Venezuela, con el requisito previo de afiliación ideológica y el consecuente intercambio por insumos necesarios en el país proveedor de recursos humanos (Petróleo, Carne, lácteos, etc., a Fidel no lo matan con hojas de Coca) tiene una calificación para atender males del cuerpo, tan bien vista, que con solo dirigirse al consulado americano del país en donde prestan sus servicios y llenar las formas DS-156, DS-157 o DS-158, obtienen, en tiempo breve, el permiso migratorio para entrar en Estados Unidos legalmente (con familia incluida). Ahora bien, aparte del problema ético (y moral) que se deriva de la oferta, en donde los afectados son los países que reciben el servicio y las consideraciones estúpidas (presidenciales) sobre la postura imperial de los americanos, que a la callada destruyen a sociedades en donde la democracia tipo Burger King no se ejerce, vale la pena comentar la actitud del personal médico que se ha beneficiado del programa, para quienes la sociedad venezolana es de lo más sabrosa y los intentos por ¨ideologizarlos¨ fracasan miserablemente porque ¨los venezolanos no tienen nada pero tienen libertad¨. Tan sabroso se vive (según los cubanos) que su llegada a los barrios no trajo mayor problema y su integración al día a día fue tan noble que, al expresar el interés de migrar al norte para aprovecharse del programa, la solidaridad de los lugareños fue tal que permitió el trámite, la deserción de la ¨misión bolivariana¨ , la facilidad de esconderse dentro de hogares en el mismo barrio hasta la entrega del documento por parte de la embajada y en algunos casos, incluso se organizaron colectas para sufragar los gastos del pasaje, con fiesta de despedida incluida. Lo que se pretende desde Estados Unidos es simplemente joder el parque, dañar a quienes no están con ellos y aprovecharse de personal que llega a ¨la orilla¨ con ganas de trabajar, integrándose a una comunidad de inmigrantes con una fortaleza espectacular (deciden elecciones), además, su interés en materia de salud va mas allá de atender al cuerpo de los gringos, también pretenden darle sustento al espíritu porque dentro de los elegibles igualmente se encuentran los entrenadores deportivos, formados en el pedazo de tierra rodeado por todas partes por el ¨mar de la felicidad¨. Mientras tanto, ante la desarticulación de Barrio Adentro (por esta y otras razones), que considero como el mejor ¨peor es nada¨ del mundo, los muchachos bolivarianos se dedican a matarse unos a otros buscando que el dedo principal los apunte al cuaderno electoral en nuestra particular carrera de perros.

Tuesday, February 05, 2008

Pacto Renovado.

Jardines de Guacuco, domingo 3 de febrero, 9 a.m. Marie descorchó la botella de vino y se sirvió, Ricardo se excusó argumentando ratón moral por haber perdido 3 palos la noche anterior y el Flaco pidió un trago doble para matar el ratón moral por haber perdido 3 palos la noche anterior. El encuentro tenía como finalidad intentar abortar la renovación del pacto, por 3 años más, que obligaba brindarle a Antonio todo lo que consumiese en dicho lapso, como había pasado desde el inicio de los tiempos. Los tres sabían que la salida estaba en convencer a los encargados de ¨El Sol¨ que le pagasen por sus artículos, ya que, si el infeliz podía cancelar sus tragos, podían romper la promesa. La señora bajó las escaleras con el seño fruncido, está vez no podía reclamarle al Marie por beber desde temprano y para distraer su molestia se ofreció llamar a su padre, para que este se comunicara con el Gobernador y así interceder para lograr algo a favor del desgraciado. Casa de la Gobernación, domingo 3 de febrero, 9,01 a.m. El gobernador consumía lentamente un habano, salpicado de miel y ron, cuando recibió una llamada que no esperaba. En la otra línea se encontraba el Dr., quien a regañadientes le hacía un favor a su hija. Luego de unos segundos de saludos mutuos (respetuosos y distantes) la respuesta dejó helada a la Restinga, - Lo siento amigo, pero no voy a pedirle a Dany nada que no tenga relación con las elecciones de este año. Jardines de Guacuco, domingo 3 de febrero, 10,30 a.m. La gentil señora se había unido al grupo (ella sin beber) atormentada por la negativa del Gobernador de intervenir por el mal amigo, quien ella supo desde siempre que no servía para nada. Los compañeros decidieron destapar ahora una botella de Limoncello para así renovar los votos ante la certeza que el pendejo ese nunca iba a tener un trabajo remunerado. El flaco, para colmo de males, expuso la petición de Antonio que le otorgaran un préstamo en especie, para reponer el vacío que dejaron las fiestas navideñas en el gabinete de su cocina y de esa manera hacerse de un tri-pack de Escoses, que tanta falta le hace. Marie, visiblemente molesto y luego de ser el voto negativo en la renovación del pacto (el mismo fue aprobado por mayoría simple) entregó un billete falso de cien. Ricardo, quien para ese momento ya tomaba con furia, entregó una ficha rosada del extinto Lagunamar. El flaco, como siempre, se hizo el loco ante la burla monetaria y se dispuso (previo servicio de un trago triple en vaso plástico) a comprar el tri-pack, con la esperanza de beberse media botella luego de entregada la comisión. Mientras tanto, cómodamente instalado bebiendo una taza de café arábico, Antonio recibía una llamada, que podría ser de ¨El Sol¨ y que no atendió, por la certeza que la balanza se inclinaría hacía los tres litros de Etiqueta. La mente de nuestro héroe navegaba en un mar de reflexiones que servirían para construir su artículo semanal y como eran pensamientos serios, no había posibilidad de hablar sobre el 4 de febrero.

Wednesday, January 30, 2008

El santo oficio (revolucionario) y la corrupción:

En el seno de la revolución Bolivariana se ha creado un organismo sin nombre, sin representantes conocidos (entre si) y sin parámetros definidos (sociedad secreta en términos absolutos), que ha tomado como modelo a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Para quienes crean que se trata del PSUV, por guardar similitud en la nada doctrinal, debo dejar claro que no es así. Más bien se trata de la Universal Inquisición, cuyos primeros escarceos se han dirigido a defender al proceso de las herejías, especialmente de una que supone que no afecta a Hugo de Torquemada como es la corrupción. Dicha congregación ha establecido dentro de sus principios disciplinarios la defensa y la certeza de la verdad única, del único vocero y la omnipresencia del líder (está y no está en todas partes) y como derivación de dicho postulado se permite el perseguir a cualquier oveja descarriada que falte al deber de ¨estar completamente de acuerdo en todo lo que se diga en el Aló o en cualquier parte y a cualquier hora, aún cuando se esté en total desacuerdo¨. Según lo anterior (y aquí se toma al calco el Reglamento para el Examen de las Doctrinas de la antigua Sagrada Congregación Romana) quedó señalado que al actuar disciplinando (caso Ameliach) se presta un servicio a la verdad, salvaguardando el derecho del Pueblo a recibir integralmente y en su pureza el mensaje presidencial. Por tanto, para que la revolución no sufra daño a causa de errores divulgados de cualquier modo, ella tiene también el deber de examinar los escritos y las opiniones que aparecen contrarios a la santa palabra. Siguiendo las pautas antedichas, se ha librado una orden para perseguir a los corruptos ¿hasta las últimas consecuencias?, el principal problema que se enfrenta deriva de una protección constitucional que establece que ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra sí misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad o en contra de cualquier compañero de partido, aun cuando el partido no exista y el partido originario se encuentra en el limbo por la gracia presidencial. Ante los obstáculos insalvables se recurre a ubicar prendas de antiguos ministros y otros jalabolas, para que los perros los ubiquen, y así ofrecer la apariencia que se está haciendo algo. El aroma de batalla perdida se hace insoportable, incluso para quienes con cierta decencia han arañado al tesoro público y que por su discreción se hacen merecedores de una dignidad gris, como es el caso de un miembro del parlamento y de la congregación, quien declaró que es materialmente imposible ubicar a corruptos porque ellos no firman cheques ni recibos y remata con la soberana estupidez con pretensión moralista "Pero todo el mundo sabe quién es el corrupto. Hay una especie de olfato en las masas que los detecta". Para salvar a la patria y se produzca cierto adecentamiento necesitamos al antiguo presidente del Santo Oficio, quien en la actualidad nos riega de verdad desde el balcón que da a la Plaza de San Pedro.