Sunday, April 29, 2007

La revolución ordena, Chevron dispone:

Hay 193 países en el mundo. Ninguno de ellos es enérgicamente independiente. Parece un mensaje que fácilmente podría extraerse de cualquiera de los aló, pero no lo es. Es una de las promociones mas extrañas que haya podido leer y que muestra una amenaza, nada oculta, que indica que Chevron tiene la seguridad que nosotros (los terrícolas) estamos en manos de las grandes corporaciones que ¨producen¨ energía y que su presencia no puede ser excluida de grandes decisiones globales y mucho menos tolera la supuesta independencia que cualquier país debe ejercer para defender su soberanía. Y es posible que así sea, haciendo memoria podemos ubicar que con todo el desastre del paro petrolero alocado (y pajuo), las victimas fueron nacionales y las grandes transnacionales ganaron fortaleza en el mercado local, además el hablante infinito siempre dice que nosotros (en ambiguo plural) no le vendemos petróleo al gobierno de Bush ¿padre?, se lo vendemos a las compañías que controlan el mercado mundial del crudo. Para nosotros los venezolanos no existe cultura de ahorro de energía, un tanque de gasolina de cualquier vehiculo se llena con el equivalente del precio de una cerveza en bar tres estrellas y la electricidad la pagan quienes tienen presencia formal dentro de la sociedad. El negocio petrolero lo vemos con distancia y hasta desprecio y eso permite que las decisiones soberanas las tomen unos pocos (que se forran). Si es que me equivoco ¿Por qué no se ha promovido un referéndum para que los recursos naturales no renovables se utilicen con criterio colectivo y las resultas del ingreso se repartan directamente entre los venezolanos? Y no vengan con el cuento que ahora se hace con las misiones y su caminar tambaleante dentro de organizaciones paralelas y sin control, que permiten la libertad de robar a la medida de la avaricia infinita de quienes nos gobiernan. Aquí nos gusta hablar de desigualdad, de grupos gigantescos de personas que esperan que el Mesías los lleve a la tierra prometida o que la manera de rasgar la barrera de la miseria es rompiendo la cadena que sobre el pueblo ha forjado la historia, cuando la realidad es que la explotación del oro negro es costosa, necesita de inversiones permanentes en tecnología y su mercadeo deja en el camino una buena cantidad de dinero, como todo negocio vinculado al capital. Los esfuerzos loables del gobierno para, por vía de un trueque mal planteado, obtener beneficios directos en salud, educación, identificación y seguridad (presidencial exclusivamente) tropezaron con la barrera de ejercerlos en conjunto con la viveza cubana y la necesidad de subsistir de un pueblo mas pobre que nosotros, pero con cierta conciencia colectiva. El programa dispendioso de intercambio de petróleo y sus derivados por conquistas antimperiales nos dejó la certeza que el presidente puede ser reelecto ¨comprando¨ conciencias, cuando la verdad es que la esperanza no tiene mayor valor cuando hay hambre y miseria. Pero igual, el petróleo venezolano al ingresar en aguas territoriales de Fidel se convierte por alquimia en cubano, para luego tomar rumbo hacía otros derroteros en donde se paga con billetes verdes, ahora a favor del Banco Central de Cuba. Sin duda que la energía es un asunto de grandes ligas, que por estos bares manejamos con cierto criterio, hasta que se produce la liquidación de lo comercializado y entonces nos volvemos nuevos ricos perennes e incurables. Así que gringos contad con petróleo desde su seguro proveedor revolucionario. Para rematar con el mensaje de la empresa en cuestión, el mismo nos indica que las bravuconadas del líder máximo pueden ser tomadas internacionalmente como los machetazos de Noriega o el eterno ¨no pasarán¨, porque en asuntos de energía quienes mandan son otros, si no es así ¿que significado puede tener esa suerte de mancheta? que cierra el mensaje publicitario de Chevron con: ¿Así que quien podría poner a quien entre la espada y la pared?

Monday, April 23, 2007

Cuando el pan es juego y el circo es revolución:

En esta civilización de pan y circo me parece oportuno, por lo ajeno de esta clase de previsiones en procesos históricos, supuestamente reivindicadores, mencionar a un par de tipos de pan e intentar construir una deferencia a quien dice que ya no come de uno de esos manjares horneados. Me refiero a panes que la revolución promueve para distraer con éxito a la hipocondría que sufren las ¨clases pudientes¨ y que permite que avance el proyecto bolivariano, con tropiezos ¿militares? que en sociedades medianamente serias no serían tolerados. El primero tiene que ver con los bonos, que admiten adquirir Dólares legalmente a un tipo de cambio preferencial, que por efecto de manipulaciones financieras y grandes beneficios de mafias, ubica el valor de la divisa muy cerca del que tiene el llamado ¨Dólar de permuta¨. El segundo tiene que ver con el cielo particular que se puede lograr al ingresar en el infierno de una sala de juegos, que como conejos se han visto multiplicadas hasta el punto que ahora se sitúan hasta en círculos del ejército libertador. De ambos panes he disfrutado, aunque con la poquedad de quien padece de forma voluntaria estrechez económica. El juego en esas salas no es un vicio, es simplemente una enfermedad que expone las bajezas que sufrimos como genero, las cuales se ven potenciadas por bebidas cuyo grado de adulteración las hacen peligrosas para el consumo humano. Con la facultad de observar las cosas desde un lado (al jugar poco), me cansé de ver a mi viejo amigo ser abatido por enésima vez, en un espacio que combina colores llamativos con melodías que escupen ingenios electrónicos que invitan, como en cantos de sirenas, a encallar las naves en arrecifes filosos que arrancan trozos de dignidad con cada pérdida, pero, que valiéndose del conocimiento de las desdichas humanas, llevan a repetir el proceso, como si de una aventura se tratase, hasta que la economía se seca y la ruina calma el deseo de tentar a maquinas diseñadas para entregar una mínima parte de lo depositado, a seres que por casualidad son servidos en el momento que el sistema ordena entregar unos cuantos créditos, que dibujan en derredor la certeza que si es posible ganar. Un paréntesis obligatorio me lleva a asegurar que el control que pretende el gobierno es tributario y no sobre el juego (y la trampa que permite manipular las maquinas para que nunca paguen). Quizás eso es lo que me aleja, el saber que el azar no tiene nada que ver y que se sufre una entrega hipnótica que busca espantar por segundos el temor que causa la revolución a individuos que, en apariencia, tienen todo por perder y que han sido excluidos, gracias a listas miserables, de las bondades de un socialismo que parece monarquía. Pero gracias a Dios que el flaco venció a los demonios que hacían que botara su dinero en un camino sin retorno. A él le mando saludos desde el mismo lugar que con valentía supo evitar y que ahora atrapó a este servidor, aunque solo sea para observar con alarma como se arruinan valores, bebiendo una cerveza que sin duda es de arroz.

Thursday, April 19, 2007

Respuesta inculta desde Venezuela:

Grandes personajes se han dado a la tarea, basados en una centrifuga de escritos y documentos que ellos mismos producen (desde otras latitudes), en darle prestancia por medio de descalificaciones ¨intelectuales¨ al presidente de Venezuela. Lo extraño del detalle es que el efecto que producen es contrario al que pretenden, que al parecer es ofrecer una visión de altura, que podría ser discutida en la academia y que ubica, por medio de una prosa bien construida y sin sobresaltos tangibles, a la situación que nos subyuga como producto exclusivo de una mente delirante, seguida a gran escala por idiotas muertos de hambre que ven en el comandante al ser divino que establece, por un pacto con ¿fuerzas oscuras?, al cielo en esta tierra de gracia. Pues la cosa es así y no lo es al mismo tiempo. En Venezuela funciona un sistema de medidas inútil para el resto del mundo. Lo que acontece puede ser interpretado como un proceso revolucionario que busca, según palabras de Simón Bolívar (que todo lo dijo y que sabía de todo según la tesis gubernamental) ¨la mayor suma de felicidad posible¨ por medio de un gobierno socialista que no es tal. Existen múltiples problemas, mal detallados por la óptica de analistas que recién vestidos nos hablan de batallas virtuales, gracias al patrocinio de grandes compañías que hacen de las suyas, pero ahora pagan algo de impuestos. El primero tiene que ver con un discurso cuya infinitud se hace pecado, de imposible resumen tipo las tablas de Moisés, que sufre mutaciones constantes, cuando, por ejemplo, los presidentes de otros países del hemisferio de atreven a gobernar a sus pueblos dejando de lado las instrucciones imprecisas de nuestro líder continental, quien a su vez promueve una integración necesaria, cuyos resultados de corta data hablan muy bien de la posible construcción de una comunidad de naciones fuerte y con conocimiento real de sus recursos, así como de sus urgentes necesidades. El segundo viene dado por la idea que aquí el petróleo y los ingresos que produce su comercialización son gigantescos y por tanto suficientes para soportar una carga de millones de seres, que, con sus bocas abiertas en dirección al cielo, esperan pacientemente que caiga alimento del reino celestial (o del gobierno que viene siendo lo mismo), y que por la confusión que genera el hablar de socialismo como un proceso cristiano-humanista y bolivariano, mezclado con el sabroso acento de Fidel, se piensa que para ganarse el sustento diario se debe combatir al imperio norteamericano (principal cliente de nuestro petróleo) con las armas que da un uniforme confeccionado en China y que la mayoría de las veces no es de la talla de quien lo viste, en un ejercito paralelo que por aquí llamamos ¨la reserva¨. Por supuesto que la torpeza del gobierno de Bush no ayuda, así como tampoco puede colaborar para la estabilidad de las instituciones una oposición que a punta de disparates sobreexpuestos en medios de comunicación radicales, llaman a la guerra en nombre de la libertad, pero que se esconden en sus casas cuando ven las barbas del vecino arder. La verdad es que somos un país lleno de contradicciones que forman un gentilicio imposible de descifrar por medio de filosofía convencional y que no admite análisis de sujetos de alto valor que no padecen sus bondades. Sin duda que la desigualdad que padecemos puede devenir y deviene en violencia; y la formula retórica (que en la práctica se tropieza con el desorden que nos inunda) que ofrece el gobierno para distraer recursos públicos, tiene el camino abonado para el fracaso de la revolución, pero, debo reconocer que por vez primera alguien mira hacia abajo y le habla a los que menos tienen, con un idioma que suena muy mal para estudiosos de la conducta colectiva, pero el mensaje llega y aplaca a quienes por razones estructurales existen y sufren y ahora esperan que esta lucha galáctica les consiga el vivir decentemente. Debo aclarar, que yo no comparto la extraña hipnosis colectiva que salva de responsabilidad al señor comandante por las acciones de su gobierno, que cansa de solo ver la lucha que libra contra molinos de viento, con la diferencia que aquí, lejos de la Mancha, lo hace sin hidalguía y amparado en el billete imperial. Sin ánimo de despreciar a nuestros doctos padrinos (quienes se preocupan por los indios a la sombra del buen vino), puedo asegurar que lo que están logrando con su cháchara cultísima es que la criatura que pretenden proteger no se forme.

Tuesday, April 17, 2007

Amenaza como solución revolucionaria:

Algunas veces, muy pocas para el gusto de quienes me soportan, me da por considerar una respuesta a las constantes amenazas que la cabeza de la revolución escupe cuando tiene un micrófono al frente, pero, me parece que hacerlo es gastar pólvora en zamuros. Lamentablemente y en contra de la tesis violenta que presagian tanto quienes promueven la guerra a muerte en contra del proyecto sin sustento (al menos dentro del sentido común), que grita a los cuatro vientos la certeza que el presente es inservible pero oscuro, como para los que siguen al proceso por razones de fe, para ellos, debo comentar que el líder de lideres correrá, de forma indefectible, la misma suerte del maracucho. En otras palabras, será despedido al menos que cambie, cosa que parece poco probable. Nunca he sido amigo del trabajo rutinario y ahora de viejo menos, pero es el caso que hace unos veinte y tantos años, el padre de mi hermano (el del medio) me dio la oportunidad para que pudiese formar un carácter que nunca cuajó, en medio de la libertad que produce el ganarse unos reales con el sudor de la frente, literalmente hablando. Sin recordar el origen del encuentro, la distancia se redujo en nuestras vidas para que al terminar el bachillerato me dieran el cargo de ayudante de topógrafo, en la obra que construyó el puente que pasa por un lado del único obelisco decente que existe en esta tierra, que por efecto de la concentración de ozono en esa atmósfera privada (eso dicen sus lugareños) cambia de color con el atardecer hasta volverse rojo atenuado. Allí fui testigo de la formación de la primera cooperativa de hecho, ya que la visión política del viejo, sumada al conocimiento de los obreros, permitió que con el concurso de las señoras de estos, parte del salario semanal les fuese entregado en comida y en objetos para el aseo personal, que nunca llegaban a las casas por la manía que impone el beberse el sueldo pensando que es eterno. Luego de pasar algunos días a la sombra del aire acondicionado y de atenciones secretariales, fui expulsado a la realidad para asistir, esta vez a punta de músculo, al jefe de montaje de la citada obra. Eso si era trabajo, para el cual tuve que hacer el doble del esfuerzo por ser ¨el hijo del jefe¨. El maracucho no era mala vaina, es mas, era un personaje que conocía su trabajo y que consentía al personal a su cargo aliviando sus obligaciones, con el argumento que él debía realizar las labores de forma integral para garantizar que el ¨mismo quedara bien hecho¨. Hasta que el viejo lo botó. Al hacerlo generó un conato de motín que fue apaciguado con la sorpresiva decisión de darme el cargo a mí, por lo que aprendí, de la mejor manera posible a ser hombre a punta de trompadas. Y que tiene que ver el maracucho con el comandante en jefe, señor de la América unida; la respuesta la obtuve al encarar a mi padre por lo que consideré un acto injusto. Mi viejo me comentó que el jefe de montaje convirtió al grupo en idiotas complacientes y adulantes que frustraron su labor y que de esa forma era imposible concluir el proyecto de forma eficiente y ahora, después de un siglo, le doy la razón. Así que, cuando el presidente amenaza con tomar a la fuerza los ¨campos de la faja¨ lo que está diciendo es que, probablemente, la incapacidad de sus sargentos mezclada con el sabio dictamen de expertos en la materia, permitirá por esa fecha que Venezuela (o quien haga sus veces) tenga el 60% de participación, previo pago, en unas empresas que operan con cierta eficiencia, las transnacionales que saben del negocio de la energía. Gracias a eso y al maracucho las amenazas revolucionarias me resbalan. Por cierto, yo no comparto la extraña hipnosis colectiva que salva de responsabilidad al señor comandante por las acciones de su gobierno, que cansa de solo ver la lucha que libra contra molinos de viento, con la diferencia que lo hace sin hidalguía y amparado en el billete imperial.

Monday, April 09, 2007

Ley seca y cambio de nombre deshonroso (no a las nalgas de JV):

El encargado del bar en donde ahogo a mi capacidad, nos comentó el martes pasado sobre la postura que se adoptaría para cumplir con las restricciones impuestas por algo sin sentido lingüístico, conocido coloquialmente como ley seca. Para ello nos citó al día siguiente a las nueve de la mañana, para que in situ pudiésemos observar las resultas de interpretar a la norma a favor de los usuarios. La verdad era que yo no pensaba ir, para mi el beber es un acto cuya solemnidad debe ser atendida para evitar el efecto desastroso de hacerlo sin motivo, pero, Pepe me permitió extender la ingesta diaria mas allá de las cinco de la tarde, al servirme varios tragos de escoses con hielo entero antes de la fatídica hora, con la condición que jurara mi presencia a las nueve en punto del día siguiente. Así, con un café en el estomago, que acompañé con un trozo de torta casera que mi mujer hace como nadie, llegué el miércoles al lugar de los hechos, pasados tres minutos de la novena hora, para encontrarme que la puerta del bar estaba cerrada. Allí esperé once minutos para honrar mi palabra con quien me sirve las bebidas con un grado bajo de adulteración, y cuando me dispuse a marcharme vi como otros habituales se apostaban al lado de una puerta que no había visto y que se encontraba en la fachada lateral de la edificación. Allí Pepe hacía las veces de portero y luego de franquear el paso a los sujetos que tienen el privilegio de la barra con puestos fijos alejados de la plancha, me indicó con una señal desesperada que pasara al local ¨de una buena vez¨. Eran las nueve y cuarto hora de Venezuela. En el interior del recinto me encontré con mis amigos de infancia, quienes charlaban animadamente sobre los resultados de un viaje al exterior para tantear el terreno de un posible destino en caso de presentarse la necesidad de emigrar de manera forzada y lo hacían bebiendo cerveza sin plomo cubierta con el inigualable velo de novia. Sin duda llevaban dos al menos. Con pasos vacilantes me acerqué a su vera y de solo llegar fui recibido con una con plomo (tal y como me gusta) bañada de una delgada capa de hielo en su exterior que hacía imposible su rechazo. Pensando que estaba desayunando en Berlín, tomé mi puesto y la bebí sin soluciones de continuidad hasta agotar su existencia. Inmediatamente fui convidado a tomar la segunda y haciendo gala de una virtud que me es ajena, la puse a un lado recordándole a mis compañeros el juramento que hicimos de comenzar siempre después del mediodía. El pana con cara extrañada me invitó a observar el reloj y allí estaba el permiso, dentro del bar eran las doce del día. Hasta aquí la anécdota puede reflejar la bondad de manipular los espacios temporales tal y como se hace en los países que tienen estaciones cuya dureza climática les permite adelantar o atrasar la hora de manera imaginaria, para que el amanecer tenga horario decente, pero, el destino me depararía el descubrir como se forjan las ideas en gobiernos regionales. El sujeto de verde oliva, que tiempo atrás intentó reclutarme para el proceso y a quien le quedé muy mal, llegó al lugar bajo el signo de Caín con un problema que aparentaba no tener respuesta (al menos dentro del sentido común). La confianza que da el beber sin moderación permitió que el oficial expusiera sin tapujos la tarea que le había sido impuesta y que no era otra que encontrar un espacio publico con nombre de dirigente de la cuarta republica (adeco sería lo ideal) para que al rebautizarlo permitiera calmar los ánimos de un ex vicepresidente sometido al estigma de no ser mas que un mal escritor y peor entrevistador en horario de domingo en la mañana. Que conste que la propuesta que salió de mis labios no me pertenece, en todo caso la escupí dominado por el oso polar que vive a las afueras de recipientes color ámbar, pero, para evitar que la misma sea puesta en vigor gracias al desespero y a la incapacidad que nos domina, debo exponer que cambiar el nombre de la estructura que permite, con sus dos corredores separados a distancia de entrepierna abierta, comunicar a la calle el Recreo con Bello Monte en Caracas, para que sea conocida desde ahora como las nalgas de JV, no es mas que un acto deshonroso y que mal hablaría de la revolución bolivariana. Es todo, se leyó y conforme firmamos, los bebedores matinales en tiempos de ley seca.

Tuesday, April 03, 2007

El misterio de la fe en jueves santo:

La fe tiene entre sus haberes la facultad de agrupar, con una falta de similitud abismal, a quienes se adentran en su misterio para buscar remedio a penas del alma. De la misa como evento sacramental, se desprende que para considerarse completa la misma debe pasar por varios circuitos histriónicos (porque se exige la representación de un parlamento y de otras formalidades que incorporan a los fieles a la ceremonia) en donde el mas importante es la eucaristía, extraordinariamente llena de virtud literaria en donde se indica que luego de la consagración ¨eso¨ (el acto) es el misterio de la fe. Para quienes comparten y ubican su lado ¨espiritual¨ con el catolicismo apostólico y romano, el culto iniciado por Jesús (quien no excluyó a nadie con la maravillosa referencia ¨quien este libre de pecado que lance la primera peidra¨), de pan y vino transmutados en cuerpo y sangre, tiene tal valor que perderse la comunión es simplemente un tormento dogmático muy doloroso. Por supuesto que hablo de quienes se lo pierden por imposición de la doctrina que execra de esa parte vital del proceso, en donde se logra la comunión con el hijo de Dios, a quienes por asuntos variopintos, pero personalísimos, tienen el estatus civil, no reconocido por la Iglesia, de divorciados y vueltos a casar. Sin siquiera rozar lo que implica el sacramento del matrimonio, con su rigidez y liberalidad, y evitando ironizar sobre el ¨hasta que la muerte los separe¨ si y solo si no se obtiene la excepción que se guarda para la monarquía de la anulación del matrimonio eclesiástico, recurrí, para develar a la lógica, a los documentos que la Iglesia produce para adaptar su caminar a tiempos modernos, que por el retraso de su dirección, ubica sus resultas, para intentar entender el proceder del hombre, en el ambiente que se respiraba en octubre de 1.597, sin la dureza inquisitorial que imponía a la sangre y a la muerte para expiar pecados. Como antecedente puedo comentar que para estos devotos existe una salida en derecho (descartada a tropezones por la intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe y del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos) que establece que algunos canonistas negaban que la expresión «los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave» pudiese ser aplicada a los divorciados vueltos a casar civilmente. Según estos autores, puesto que el canon habla de «pecado grave» es necesario que se den todas las condiciones requeridas para la existencia del pecado mortal, también las subjetivas, que sin embargo no pueden ser juzgadas ab externo por el ministro de la Comunión; además, se requeriría una previa amonestación para que pueda perseverarse «obstinadamente» en el pecado. Pero el documento que quiero comentar es la encíclica ECCLESIA DE EUCHARISTIA de nuestro amigo IOANNES PAULUS II, hecha pública en 2.003, con ocasión del vigésimo quinto año de su Pontificado y Año del Rosario, que contiene dentro de sus líneas la reflexión de un hombre bueno, que por razones muy terrenales tuvo la dicha y desdicha de calzar las sandalias del pescador para el bien de TODOS los fieles. El pontífice por esos días comentaba que ¨Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de su Señor, se hace realmente presente este acontecimiento central de salvación y «se realiza la obra de nuestra redención». Este sacrificio es tan decisivo para la salvación del género humano, que Jesucristo lo ha realizado y ha vuelto al Padre sólo después de habernos dejado el medio para participar de él, como si hubiéramos estado presentes. Así, todo fiel puede tomar parte en él, obteniendo frutos inagotables¨. La eucaristía celebrada en jueves santo adquiere para el santo padre anterior tal grado de importancia que la hace inexcusable para los creyentes, porque por efectos de ubicación temporal se estaría cumpliendo en día cuando Jesús la realizó por vez primera y por tanto gracias a la incuestionable convicción, toda la comunidad se hace presente en el momento histórico que soporta el mas grande misterio, el de fe. Según palabras del Papa amigo, en el humilde signo del pan y el vino, transformados en su cuerpo y en su sangre, Cristo camina con nosotros como nuestra fuerza y nuestro viático y nos convierte en testigos de esperanza para todos. Si ante este Misterio la razón experimenta sus propios límites, el corazón, iluminado por la gracia del Espíritu Santo, intuye bien cómo ha de comportarse, sumiéndose en la adoración y en un amor sin límites. Por tanto y siendo como es la anterior encíclica un documento cuyas pautas se convierten en obligatorio y amable cumplimiento para los fieles, no existe razón, que por cierto nada tiene que ver con la fe, para que cualquiera que no esté en pecado mortal y que sienta la necesidad de comulgar no lo haga, sin importar su estatus civil, y mas aún si tiene la oportunidad de hacerlo en jueves santo.

Monday, April 02, 2007

La Fuga III (reporte de domingo de ramos):

Cumpliendo con las disposiciones establecidas en la resolución emanada del Ministerio del poder popular para Relaciones Interiores y Justicia, que insta a ingerir bebidas alcohólicas desde el amanecer y hasta las cinco post meridiem (después se puede pero encapillado) me encuentro escuchando el sonido de un televisor distante, que como siempre escupe programas que debilitan al sistema nervioso y sobre todo a la parte del cerebro que cobija a la inteligencia, cuando de pronto se interrumpe la programación para avisarnos lo que ya se sabía desde hace unos días, que Eduardo Lapi se fugó hoy. Lo que me llamó la atención y que me hizo agarrar el trago para trasladarme al sitio en donde se generaba ¨la información¨, fue que el ciudadano viceministro, revolucionario y bolivariano, se negaba a empezar porque faltaba una reportera, que por supuesto era de VTV. Al empezar una rueda de prensa que se negaba a formar alguna figura geométrica, el señor nos habló de logros revolucionarios, de traiciones, de golpe de estado (el de abril de 2.002) para luego aterrizar de cabeza cuando entre cifras incompletas dio la fulana noticia – se fugó un cobarde-. No puedo entender ni admitir la necesidad de calificar a un sujeto de esa manera y menos aún cuando no se acepta la responsabilidad de los custodios, que por efectos de casualidad burocrática se encuentran bajo responsabilidad del ministerio en comento. La información del hecho se convirtió en una arenga política en contra de los enemigos golpistas del proceso, quienes entre guarimbas y sangre irrespetaron la eternidad presidencial, interrumpiendo al infinito por algunas horas. Cuando le preguntaron si el hecho se produjo bajo complicidad interna, que al parecer puede también ser corrupción, el funcionario entre vergüenzas nos dijo que la cobardía tenía una nueva definición, ya que cobarde es quien no se somete al vejamen de pasar por procesos judiciales con tantas fallas que mas bien parecen fruto de un sistema que solo tiene cabida en operas bufas, pero tremendamente sangrientas. También habló de privilegios en la custodia del fugado en un recinto super seguro, donde hace unos días murieron varias personas por armas que deberían estar en manos de una policía nacional que no existe y bajo el resguardo de otro ministerio que reducido al singular nos recuerda que antes era de guerra y marina. Sin calificar si el señor Lapi estaba justamente detenido o no, sin entrar en detalles dogmáticos sobre la necesidad de someter al tormento de estar preso a quien fue un gobernador de oposición por virtud de su supuesta falta de virtud, lo que si vale la pena comentar, por respeto a los oyentes y videntes de medios de comunicación de señal abierta, es que ese tipo de calificaciones que desprecian la condición del ser humano no tienen cabida dentro de quienes supuestamente gobiernan bajo principios socialistas y que mas bien denota falta de capacidad y por supuesto la arrechera que se origina cuando los trofeos que se deberían guardar para exhibirlos como botín de guerra, se les escapen en sus narices una y otra vez. La consecuencia legal de tal intervención es que debilita la postura del ministerio público, porque no hay forma de esconder que la detención y la imposibilidad de ser juzgado en libertad (garantía constitucional) tiene ribetes de venganza amparada a la sombra de una legalidad esquiva. Por tanto la noticia veraz y revolucionaria es: se escapó del lugar en donde estaba detenido el ciudadano Eduardo Lapi. Lo demás sobra por razones de sentido común y de respeto a quienes se dice servir.