Sunday, April 29, 2007

La revolución ordena, Chevron dispone:

Hay 193 países en el mundo. Ninguno de ellos es enérgicamente independiente. Parece un mensaje que fácilmente podría extraerse de cualquiera de los aló, pero no lo es. Es una de las promociones mas extrañas que haya podido leer y que muestra una amenaza, nada oculta, que indica que Chevron tiene la seguridad que nosotros (los terrícolas) estamos en manos de las grandes corporaciones que ¨producen¨ energía y que su presencia no puede ser excluida de grandes decisiones globales y mucho menos tolera la supuesta independencia que cualquier país debe ejercer para defender su soberanía. Y es posible que así sea, haciendo memoria podemos ubicar que con todo el desastre del paro petrolero alocado (y pajuo), las victimas fueron nacionales y las grandes transnacionales ganaron fortaleza en el mercado local, además el hablante infinito siempre dice que nosotros (en ambiguo plural) no le vendemos petróleo al gobierno de Bush ¿padre?, se lo vendemos a las compañías que controlan el mercado mundial del crudo. Para nosotros los venezolanos no existe cultura de ahorro de energía, un tanque de gasolina de cualquier vehiculo se llena con el equivalente del precio de una cerveza en bar tres estrellas y la electricidad la pagan quienes tienen presencia formal dentro de la sociedad. El negocio petrolero lo vemos con distancia y hasta desprecio y eso permite que las decisiones soberanas las tomen unos pocos (que se forran). Si es que me equivoco ¿Por qué no se ha promovido un referéndum para que los recursos naturales no renovables se utilicen con criterio colectivo y las resultas del ingreso se repartan directamente entre los venezolanos? Y no vengan con el cuento que ahora se hace con las misiones y su caminar tambaleante dentro de organizaciones paralelas y sin control, que permiten la libertad de robar a la medida de la avaricia infinita de quienes nos gobiernan. Aquí nos gusta hablar de desigualdad, de grupos gigantescos de personas que esperan que el Mesías los lleve a la tierra prometida o que la manera de rasgar la barrera de la miseria es rompiendo la cadena que sobre el pueblo ha forjado la historia, cuando la realidad es que la explotación del oro negro es costosa, necesita de inversiones permanentes en tecnología y su mercadeo deja en el camino una buena cantidad de dinero, como todo negocio vinculado al capital. Los esfuerzos loables del gobierno para, por vía de un trueque mal planteado, obtener beneficios directos en salud, educación, identificación y seguridad (presidencial exclusivamente) tropezaron con la barrera de ejercerlos en conjunto con la viveza cubana y la necesidad de subsistir de un pueblo mas pobre que nosotros, pero con cierta conciencia colectiva. El programa dispendioso de intercambio de petróleo y sus derivados por conquistas antimperiales nos dejó la certeza que el presidente puede ser reelecto ¨comprando¨ conciencias, cuando la verdad es que la esperanza no tiene mayor valor cuando hay hambre y miseria. Pero igual, el petróleo venezolano al ingresar en aguas territoriales de Fidel se convierte por alquimia en cubano, para luego tomar rumbo hacía otros derroteros en donde se paga con billetes verdes, ahora a favor del Banco Central de Cuba. Sin duda que la energía es un asunto de grandes ligas, que por estos bares manejamos con cierto criterio, hasta que se produce la liquidación de lo comercializado y entonces nos volvemos nuevos ricos perennes e incurables. Así que gringos contad con petróleo desde su seguro proveedor revolucionario. Para rematar con el mensaje de la empresa en cuestión, el mismo nos indica que las bravuconadas del líder máximo pueden ser tomadas internacionalmente como los machetazos de Noriega o el eterno ¨no pasarán¨, porque en asuntos de energía quienes mandan son otros, si no es así ¿que significado puede tener esa suerte de mancheta? que cierra el mensaje publicitario de Chevron con: ¿Así que quien podría poner a quien entre la espada y la pared?

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