Wednesday, June 02, 2010

El Leander:

La única pregunta que los escritores no responden es: ¿Dónde mando un manuscrito?, porque se entiende que ellos(as) se informan entre iguales. Llevo ya un tiempo intentando que me vean como tal pero quizás ante la incorrecta formulación de la interrogante, no he logrado que entiendan que quiero que alguien competente me lea con vista a editar el bendito escrito. Finalmente la semana pasada, cuento de por medio, una escritora de buena letra se cansó de mis molestias y quedó en enviar los nombres (sin otras señas que permitan su ubicación) de dos sujetos quienes, dios mediante, leerían 11 de un total de 181 páginas de mi nueva novela corta. Pero repito, ellos solo se comunican entre iguales y por tanto recibí en mi correo una suerte de asignación para que explayara mis ganas en un ejercicio literario con los siguientes parámetros: a) Identificación del personaje (nombre o seudónimo), b) Ubicación geográfica y c) Breve descripción del mismo usando para tal fin la imaginación. Al principio me pareció otro obstáculo sin sentido para impedirme el acceso a los sujetos cuyo oficio es leer para explotarme (si y solo si le ven al texto contenido mercadeable), pero luego de superar uno de mis tantos complejos, decidí aceptar el reto. Para ello me vino a la mente la idea de que mi personaje fuese algo inmaterial, básicamente un hueco a medio terminar, ubicado en el Parque Generalísimo Francisco de Miranda y mi labor literaria consistirá en describir un lugar que en sus entrañas cobija al vacío. De golpe me llegó el nombre de mi personaje ¨Leander¨, una mezcla de Leo, Antonio y Derby que habla muy bien de mis faltas y las mezclas magistralmente con las virtudes de otros a quienes no tengo el gusto, ni quiero conocer. Pues bien, había una vez un hueco llamado Leander con una extensión aproximada de 4300 m2, de los cuales el área publica abarca dos niveles y están por debajo del nivel de la tierra (como es lógico). La nada llega hasta la superficie y hacia abajo tendrá (ahora todo en futuro ya que mi labor es describir al vacio vía imaginación) varios niveles internos, ambientados en la época donde se presenta la historia de la expedición de Francisco de Miranda. Allí, a través de los diferentes accesos, con recorridos que incorporan al visitante desde el parque a las diferentes actividades a desarrollar dentro de las instalaciones propuestas, lograremos concluir que aquí pocas cosas se hacen correctamente. Descripción detallada de los niveles del hueco: 1. Área con ambientación para recrear el contexto histórico en el cual se desarrolló el hueco (cubiertas, camarotes, cañones, alegoría a los círculos bolivarianos, etc.). 2. Auditorio (capacidad para 334 personas), anfiteatro, escenario, cabina de proyección, área de camerinos, puesto de información, atención al público, área de exposición y venta, sala de exposiciones, administración y servicios. 3. Galería. área de exposición, área de servicios, cafetín y es aquí donde la descripción es rescatable porque voy a dar otra denominación a los baños llamándolos ¨núcleos sanitarios¨. Esperando haber cumplido con la tarea que me llevará a la elite de los escritores nacidos por estos bares, indicando a su vez que, cualquier coincidencia con la realidad es producto del azar, se despide, hasta la victoria siempre, Antonio Bieliukas Diaz, escritor.


Sunday, February 07, 2010

De la libertad de expresión y la censura:

Después de una breve reflexión y culpando a la red por la dificultad imaginaria que produjo que mi último escrito ni siquiera tuviera respuesta de quienes se encargan de vaciar letras en mi espacio, ergo, no se publicó, quizás deba analizar sin profundidad lo que por estos bares llamamos libertad de expresión. Quiero alejarme de la complejidad que la ubica como un derecho humano y centrarme en el detalle que indica (es común escuchar lo siguiente) que aquí en Venezuela definitivamente no existe ese derecho. La vaciedad del mensaje de los bandos en conflicto, transmitido en directo y sin pudor, quienes por minoría no se deberían abrogar la representación popular, ha hecho que la palabra se use hasta la saciedad uniéndose en clave de infinito para reivindicar por un lado la pobreza y la gesta libertadora de Don Simón y por el otro ese apego a lo material por parte de sujetos pobres en materia pero algo mas ilustrados. Hasta aquí esta suerte de atajo que nada dice me pondría en cómoda posición para continuar divagando, es decir, nos están forzando a aceptar que los dueños de la palabra (y de los medios) son quienes nos agobian escupiendo que todo en la vida es política y lo demás es derivación. Pero ¿Ciertamente aquí no hay libertad de expresión? Lamento torcer un poco el problema, aquí lo que hay son censores que acomodando la palabra a su conveniencia (como supuestos defensores de una tendencia política poco construida) pretenden sobrestimar una mala gestión de gobierno llamándola revolucionaria, donde se habla bien del Comandante-Presidente exagerando la adulación hasta llevarla a limites denigrantes. Del otro lado de la barrera contamos con plañidera(o)s trabajando gratuitamente (¿o no?), empeñada(o)s en hacernos ver que los logros que deben reconocerse a este mal gobierno no son tales porque lo único que quiere el Jefe del Gobierno es acabar con las clases volviéndonos a todos pobres sin solemnidad. A estos censores debo darles un reconocimiento. La avalancha de basura que se escribe para defender tesis sin hipótesis es de órdago y quizás su labor más bien se centre en un manual de estilo que entre otras barbaridades proclamaría (inferencias de por medio) que a la literatura deben procesarla como si fuese fruta con concha. Entiendo que hay malos escritores (categoría que me tiene asignada un puesto en primera fila) y analistas políticos, pero por razones de libertad y por defender al gremio, prefiero que se publique a los primeros. Ahora, cuando el censor está dentro de quienes promueven la libertad y cuentan con los medios para difundirla, allí si debemos ser contundentes. Dejarnos manipular por razones mercantiles, ceder a la presión de una línea editorial o al cambio caprichoso de ella debe ser rechazado si queremos salvar a una patria que no termina de construirse.

Saturday, January 30, 2010

Métodos imperfectos:

Cada vez entiendo menos la labor de los funcionarios del proceso. Sin entrar en el detalle de lo que podría significar en la actualidad la aplicación de métodos imperfectos para demostrar una verdad política (como si existiera), la realidad ubica a la gestión de gobierno en algo que como mínimo debo calificar como incomprensible. Por ejemplo, el Ministro que se encarga de todo, por medio de no sé qué acto administrativo, sin mediar la notificación previa y el ejercicio del derecho a la defensa, solicita (no fue así en realidad pero la Cámara que agrupa a las cable operadoras se chorreó) que una productora internacional audiovisual dedicada a la tarea de engendrar producción nacional, sea sacada de algo que de manera incoherente se conoce como ¨parrilla¨ por eventos ocurridos cuando la norma no existía, básicamente para congraciarse con el jefe, quien no soporta a Marcel. Acto seguido los estudiantes, de manera eficiente, temeraria, valiente e ingeniosa se dedican a protestar por lo anterior sin tener muy claro el objetivo, situación que para nada crítico por estar los muchachos en periodo de formación. Las protestas lamentablemente ocasionan muertos y heridos (al parecer de bando y bando); la respuesta del gobierno es tildar la actuación de los muchachos como fascista y es cuando decide reprimirla a plomo y gas del bueno al estilo Mussolini. En este punto es cuando micifuz, usando las cadenas, nos habla de la legalidad de un cierre que no es tal y trata de desvirtuar las protestas por considerarlas escuálidas e imperialistas, haciendo hincapié que dialogar es antirrevolucionario y que el único que manda es él. En el siguiente capítulo y ante la realidad de la crisis de energía, agua, seguridad, salud, calidad de vida, sentido común y virtud, la batalla recrudece ocasionando más heridos, detenciones arbitrarias, guarimbas, rumores, especulación, acaparamiento e ingobernabilidad. Para tapar lo anterior y con el objetivo que nos olvidemos de la devaluación, las elecciones de septiembre, el racionamiento de luz y la africanización de la sociedad (hechos provocados por el gobierno, la oposición y por Perry The Platypus), sale la Ministra de información y molesta a la fiscalía para que investigue al señor Laureano, por un editorial cándido y casi tan malo como el contenido de este escrito, porque el mismo fomenta el caos, la desestabilización de algo en apariencia poco estable, el llamado a la guerra, la destrucción de la Revolución, la muerte, la caída de la URSS, el fin del chachachá y el efecto invernadero. Como es imposible pedir seriedad a las partes en conflicto, y certificando que la aplicación de métodos imperfectos en humanos lleva irreductiblemente al fracaso (véase jugar con las piedras del contrario en Dominó), únicamente me resta implorar por los inocentes marchantes de bando y bando, quienes están muy cerca de despeñarse (arrastrándonos a todos) en nombre de esta merengada política que deja mucho que desear por sus resultas indigestas.

Tuesday, January 26, 2010

Peregrinación a la venezolana:

El viernes, en casa del mejor amigo de mi archienemigo, me comprometí a realizar un resumen de lo necesario para andar el Camino de Santiago, tomando referentes de la cátedra dictada por Mariecito. Se debe contar con un morral con los siguientes aditamentos: crema dental (en envase pequeño), gel de baño, talco, jabón en barra, agujas e hilo (al presentarse una ampolla debe destruirse con la aguja y dejar en su interior un trozo de hilo), toallitas húmedas (para cagadas de campo), una carterita con capacidad para 500 c.c. de Brandy, un tubo de vaselina para untar las nalgas y el espacio que ellas dejan (de esa manera el roce pierde capacidad de destrucción), una licra de color oscuro, 3 interiores, 1 pantalón, 3 camisas, 6 franelas, 1 chubasquero, un rimel (preferiblemente Max Factor water proof), 10 pares de medias, una bandana multicolor, ¿medicamentos?, un par de botas para nieve y un ejemplar del Oráculo del Guerrero. Para la planificación del paseo es absolutamente necesario pensar que el objetivo es llegar caminando a Santiago de Compostela, cuando la realidad y el presupuesto hará que el recorrido termine en Burgos, haciendo que la travesía se equipare al socialismo venezolano: probable pero imposible. Se debe tener en cuenta que de las 10 noches, 4 serán disfrutadas en albergues para peregrinos, en donde, aunque gratuitos, se debe dejar cantidad suficiente para mantenerlos (apelando a la caridad católica) con la particularidad que en los mismos existen baños cuyas duchas deben usarse en parejas (de hombres) en donde la vuelta del peón no está permitida aunque tampoco está formalmente prohibida (recuerden el mirar para otro lado eclesiástico). Por recomendación facultativa, se debe dejar de beber con dos semanas de anticipación, sustituyendo el alcohol por chicha andina con omeprazole. Como parte del entrenamiento que hará posible la travesía, se debe caminar 8 veces a la semana por la Libertador con el vestuario completo, procurando que el morral tenga como peso máximo 11 kilos y la idea es cruzar los no sé cuentos kilómetros, ida y vuelta, como si un maldito homofóbico nos persiguiera con una correa en la mano. La ruta planteada deberá recorrerse en 10 jornadas, de al menos 15 kilómetros diarios, comenzando a las 10 de la mañana, por supuesto después de desayunar como si efectivamente el gobierno fuese a expropiar todos los automercados (Dios nos libre) y luego de la respectiva ablución. El inicio de cada jornada debe hacerse lentamente, evitando el agua, para que la desesperación por una cerveza o una sidra convierta a los caminantes en verdaderos penitentes, cuyo castigo se acaba al avistar el primer bar. Cumplida mi labor, les deseo lo mejor a quienes se embarcarán en un viaje que seguramente los hará inmunes (mientras dure) a la turbulencia vivida por estos bares, gracias al concurso de nosotros los idiotas que envidiamos el no ir a beber y caminar por tierra semi-santa, prefiriendo el mortificarnos por asuntos innobles, en nombre de lo que creemos pero no ratificamos con el ejemplo.