Tuesday, September 25, 2007

Cuentos de guerra civil:

Interesante conversación la del sábado en la noche cuando en medio de una mesa de quesos y otra de embutidos, un grupo de conocidos habló sobre vivencias familiares en la guerra civil española. Atrayente, porque los convidados a beber sin reservas sufrieron, muy niños, las verdes de tener que abandonar su tierra en medio de un conflicto bestial que afectó a Europa en su conjunto. Todos tenían cuentos tristes e imposibles de creer si fijamos los ojos en la actualidad, porque si bien es cierto que aquí se mata con vileza todos los días, la muerte por aquellos días se excusaba en el ¨quitame esta pajita¨. El abuso y la falta de humanidad de las partes en conflicto llegaron hasta límites irreales y dejan el sabor de haberse vivido una venganza colectiva por motivos ancestrales. El ambiente en donde giraron las historias era rural o pueblerino, la vida transcurría en medio de un esfuerzo titánico de hombres por colectar comida y en donde la mujer era la cocinera, la paridora, poco mas que un caballo y poco menos que el vino. Las treguas a que hicieron referencia tenían como motivo principal enterrar a miles de muertos que hacían imposible la batalla (el campo estaba sembrado de cuerpos) y luego de cumplirse la jornada fúnebre, en donde se fundían enemigos en el evento luctuoso, se compartía mesa y fútbol para después volver al festín de sangre. De Franco se habló con desprecio y respeto a la vez, quizás abrumados por lo que algunos llaman el síndrome de Estocolmo. Razones políticas y sociales que justificaron la guerra muchas, los anarquistas, los republicanos, los comunistas, los falangistas, todos luchaban para deslastrarse de un estado feudal, castrador, atrasado y por tanto monárquico aunque pude reconocer, entre el espacio de tiempo que quedó entre trago y trago, que la derecha que pululaba en la mesa aún siente simpatías por las cortes. Los sujetos que hablaban sobre hechos que vivieron a través de referencias paternas, bajaban la vista al contar las atrocidades que tomaron por asalto el vivir en España y se mostraban agradecidos por las bondades de esta tierra, que sembraron de sueños y de hijos que se creen españoles. La conversación se tornó aún mas interesante cuando hicieron un recuento cronológico sobre los hechos que avivaron el conflicto (uno de los presentes ha dedicado gran parte de su vida, sin el debido rigor académico, a formarse un criterio histórico leyendo cascadas de libros que hablan del tema) y trasladaron su dolor a lo que se vive actualmente en Venezuela. Las ¨señales¨ que interpretaron son por todos conocidas, la propuesta de reforma (necesaria e inútil), la ideología como elemento para segregar al prójimo, la torpeza borbónica de la clase política, el lenguaje bélico, los militares en funciones civiles (robando) y en fin una serie interminable de rayos y centellas que terminaron sustituyendo al queso de la mesa por el miedo. Claro, los hechos narrados anteriormente forman parte de una interpretación subjetiva y nubosa, después del décimo trago no queda de otra, y si bien es cierto que personalmente tengo otra visión, algo menos apocalíptica del ahora, no me sentí en condiciones de burlarme de los presentes sobre ¨el futuro¨ planteado porque, si hablaron con la historia en la mano, merecen respeto.

Sunday, September 23, 2007

De este lado de la línea ¿editorial?:

Supongo que la delicadeza debía ser parte de una política que estaba incluida, en mayúsculas y negrillas, dentro de un librito restrictivo que en algunos consejos editoriales llamaban ¨manual de estilo¨. Se, por referencias distantes, que a los jueces de antiguas repúblicas se les obligaba a definir ¨su estilo¨ para evitar que se publicasen sentencias forjadas. Lo extraño era que alguien, en medio de su chifladura, pudiese ubicar ¨el estilo¨ como método para prevenir actos ilícitos. Pero lo que se conservaba, en medio de un silencio inquietante pero tranquilizador, era la protección a la dignidad humana cuando, por razones vinculadas a la crónica, se debían hacer referencias a actos privados. Es decir, los narradores de antaño evitaban ubicar el desenlace penoso cuando el mismo se producía en medio de una diligencia intestinal o amorosa, que si bien es cierto son muy diferentes, en ambos casos se alivia al cuerpo. Pero ahora no, parece que la esencia del comentario estuviese vinculada a una valoración de mercado, que se hace más jugosa cuando se cruza el límite del decoro. Es por esa razón que no voy a mencionar al personaje que pasó a mejor vida y que merece paginas y paginas de dolor ante su perdida y solo voy a hacer referencia a la manera como se construyó la noticia, para hacerla ¨efectiva¨, con la falta de tacto de la persona que envió el recado, regado de elementos descriptivos que nada tienen que ver con una pacatería que dista mucho de estar a mi alrededor. El reportero (a), luego de conocer la fatalidad, se apresuró a exponer detalles que a nadie importan y que hablan de un transito difícil hacía el final de los días de alguien. Y cito: ¨Fulano de tal, murió hoy en Caracas, victima de una oclusión intestinal que lo mantuvo internado en una clínica varias semanas¨. Gracias a esa extraña manera de narrar acontecimientos, nos enteremos hace poco que nuestro rey está atrapado en un closet (el desmentido no ayuda), de la accidentada vida de una niña muy tonta que fue a la cárcel por ser lo que es y también oímos en la radio, de la mano de periodistas curtidos, acerca de las atrocidades padecidas en la etapa escolar de una muchacha revolucionaria que estuvo enamorada de un cantante muy malo y en fin, de una serie de hechos que no son tales y que se convierten en tales por la voluntad de alquimistas que publican sandeces, creyendo que de esa forma transmutan a las heces en oro. Para tranquilidad de los presentes puedo comentar, que luego que los nigromantes producen el milagro, se comen los resultados obviando que en el aire permanece el olor del elemento original. Claro que hay tentación permanente, cada vez que escribo estas líneas siento el impulso de embasurar a alguien que estorba mi camino, incluso hablar mal, en medio de anagramas, de las personas que me publican y no responden a peticiones sensatas, pero al final no lo hago porque seria claudicar ante el facilismo de hablar mal cada semana, aunque me reservo el derecho de hacerlo a futuro, de la manera antes indicada, o de otra quizás. Sin duda que el manual antes mencionado tenía entre sus líneas el método para limitar, excusándose en fallas semánticas, el ejercicio de la libertad de expresión cuando los hechos narrados afectaban intereses particulares de los dueños de medios, de afines y demás deudos, pero, la licencia que se brinda en estos días (como patente de corso) afecta la dignidad de las personas, al ejercer el referido derecho sin mística. Para terminar y cumplir con algo que lamento, paz a los restos de un ciudadano genial, que todos sabemos quien fue.

Wednesday, September 12, 2007

Por estos bares:

¿Qué vas a beber? Si la respuesta gira en torno a la cerveza o al vino tinto, estamos en presencia de una persona que disfruta el regar la comida con una dosis generosa de las bebidas anteriores. Si el pedido es un cóctel de frutas, el sujeto sin duda tiene problemas con la caja de velocidades y si la respuesta es otra pregunta ¿Pedimos la botella? estamos ante la estampa de un par de amigos (hasta cuatro se permite) que lo único que temen es el precio del servicio y por tanto revisan sus carteras para tener la certeza que el dinero permitirá extender la ingesta hasta al menos media botella mas, luego de terminada la primera. Si el sujeto dice que no quiere nada, se aplica la máxima contenida en el manual de estrategia militar (único argumento valioso ante tanta pendejada que justifica el matar a alguien) que reza que se debe ¨desconfiar de quien no bebe¨ Otra conclusión que puedo validar en mi larga data de bebedor activo es que la borrachera pasiva existe y no es solo parte del imaginario popular que declara que ¨unos beben y otros se rascan¨ El termino ¨beber con responsabilidad¨ es una soberana estupidez que se equipara con la imposibilidad de ¨suicidarse con dignidad¨. Lo que si es posible y de obligatorio cumplimiento para un bebedor curtido, es que al día siguiente se deben cumplir con todas las responsabilidades contraídas a la víspera si se quiere volver a beber al día siguiente. Tampoco es posible beber solo una, al menos que se trate de una botella para cada uno. Pero si quien bebe lo hace para rescatar una hombría que le es ajena, no merece compartir barra con quienes lo hacen por puro gusto. El borracho es quien bebe sin motivo y encapillado, y cree que comiendo chicle logrará burlar el aliento que indica que, como antes mencioné, fueron mas de dos. El viernes pasado visité a unos amigos de mi esposa y entre todos pusimos sobre la mesa una serie de detalles que mal hablan de quienes beben hasta morir, por supuesto la conversación fue condimentada con escoses del bueno, con paréntesis para hablar mal de un país muy bueno, y para disfrutar los restos de una paleta de Jabugo que estaba tan buena que tenía color remolacha. Las señoras expusieron argumentos validos, sobre todo los que indican que cambiamos de humor al beber, que perdemos la paciencia con rapidez y que somos incapaces de tomar nada en serio después de quince tragos y al analizar lo antedicho, se dieron cuenta que estaban participando en una batalla perdida, pero tienen razón. El problema está en que el beber es una enfermedad, que afecta en forma directa a quienes nos rodean y parte del tratamiento para minimizar el daño de un padecimiento que no tiene cura, es el ser lo suficientemente hombre para reconocer el problema y así evitar que la violencia tome por asalto el hogar haciendo padecer un infierno a quienes lo habitan, que no merecen y que por supuesto no disfrutan. La solución quizás esté en aplicar la formula de una viejita que quiero mucho y que ya no está con nosotros (el amor no termina con la muerte) quien ahorraba dos cervezas diarias y las acumulaba para el fin de semana y así se bebía varias con justicia en medio de una fiesta con entrada franca para cualquiera, que duró toda su vida.

Tuesday, September 04, 2007

La respuesta es NO:

Cualquier cosa que se escriba sobre el proyecto de reforma constitucional es sin lugar a dudas un artículo fastidioso. Que si nos quieren ¨robar la patria¨ como si existiera, que ¨nos van a volver comunistas¨ como si eso no tuviese como paso previo el cumplimiento de algún requisito que demuestre inteligencia. Que si ¨van a eliminar la propiedad privada¨ y otras tantas sandeces que de tanto usarse se gastaron. El dichoso proyecto, que entre otros detalles contiene la certeza que nuestro presidente nunca va a perder una elección, tiene entre líneas una serie de detalles que merecen la pena debatirse, sobre todo ante la confesión revolucionaria, colectiva y tarada, que anuncia la rendición de luchar por todos argumentando la decisión con la frase ¨la constitución como está no permite al líder llevarnos hasta el progreso¨ a juro (agregado de este servidor). El problema conmigo, es que del fulano proyecto solo recuerdo partes borrosas porque me dio por leerlo al cobijo de unas frías y por la extensión y complejidad semántica del encartado, que transcribe las ansias que echó a volar la zurda, se hicieron muchas. De lo que recuerdo, aparte de la disolución del gordo (quien participa en seminarios justificando su propia muerte), me llamó la atención como se intenta con palabras, rebuscadas e interpretadas por los presentes como si se tratase de preguntar al oráculo de delfos ¿qué quiso decir la divinidad?, que el poder ejecutivo se convierta en omnipresente y que por vía de reforma se reparen entuertos de un pasado muy cercano utilizando un principio que suena a retroactividad de la Ley, que nos sitúa a todos como reos (a él y a nosotros). Si llevamos lo anterior al español, puedo concretar, vía analogía, que es como si la última travesura intelectual de Fernando Savater me fuese entregada para que, con mis visibles ausencias, funja de corrector de pruebas y me atreva a añadir texto para ¨darle sustancia¨. Lo que si parece posible es que el texto sufra modificaciones, sin que esto represente ventaja alguna, ya que según las huestes noticiosas, luego de presentado el mismo hubo marcha atrás sobre una parte sin sustancia (eliminación de la Guardia Nacional) luego de un encuentro del presidente con quienes representan al poder real para la revolución bolivariana, que por estos bares se conoce, a esa agrupación de sujetos bien alimentados, como el Alto Mando Militar. Parafraseando un poco al personaje que no atropellaba derechos de los conductores pidiendo paso a la fuerza, como hace cualquier hijo de vecino que en la actualidad tenga carro asignado, la lealtad de los señores de verde oliva ¿al proceso? está garantizada hasta que se alcen y al parecer eso es lo único que temen quienes están en el poder, porque saben de eso. Por lo anterior debo responder al proponente de manera negativa, la vaina es que lo haga en el acto electoral. Y Usted ¿Que hará?